1. Cambiador número dos (Parte final)


    Fecha: 03/02/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: , Fuente: CuentoRelatos

    ... ―balbuceé.
    
    La idea me había empezado a calentar.
    
    ―Más vale... Quiero ver cómo lo haces. O pensás que como tengo novio nunca vi la pija de otro hombre.
    
    Oír cómo me hablaba también me estaba acobardando. Me sentía a su lado pequeño, también disminuido.
    
    ―¿Qué esperás? ―me apuró. Seguía apoyada contra el borde del cubículo de madera. La cortina permanecía completamente abierta y yo en el interior, a un metro de distancia, bajo su mirada acechadora.
    
    Me paré delante del espejo y ya no volví a hacer contacto visual con Nancy; ahora la miraba a través del vidrio. Encendí la pantalla de mi teléfono celular y miré vacilante a mi compañera.
    
    ―¿Hago fotos? ―pregunté.
    
    Ella gesticuló con aire altivo y me dijo que procediera.
    
    Yo, tan nervioso como no había estado nunca, abrí la cámara del celular y traté de hacer foco sobre mi cuerpo. Me sentía estúpido. Jamás había visto a Nancy mirarme de modo tan agresivo y dominante. Se mantenía parada, casi inmóvil, cruzada de brazos en la entrada del probador de ropa. ¿Estaba yo en un sueño o mi compañera había perdido la cabeza?
    
    Lo primero que hice fue sacar fotos de mis abdominales, al tiempo que miraba de reojo a Nancy. Seguía preguntándome en silencio cómo mierda era el culo de mi compañera de trabajo. Creo que lo tenía flaco...
    
    Entonces tuve que decir algo, porque el silencio me estaba matando.
    
    ―Nunca pensé que te gustarían estas cosas, Nancy.
    
    Ella no pareció atender a mi comentario. Me miraba a través del ...
    ... espejo, como hipnotizada.
    
    ―¿La tenés parada? Sí, creo que sí... ―se respondió―. Hacé fotos de tu pija ya mismo... ¿No es eso lo que hacías para Jimena?
    
    En este punto noté que ya no podía defender mi posición. Además, estaba perdiendo todas las precauciones.
    
    ―¿Estás segura? ―balbuceé, entendiendo que el juego había empezado.
    
    ―Sí, mostrá la pija y sacale fotos... Y esas fotos van a ser para mí, ¿eh?, no para la puta de Jimena. ¿Está claro?
    
    Esta nueva advertencia hizo que me calentara muchísimo. Nancy tenía el control...
    
    ―Como digas... ―balbuceé, y desabroché mi pantalón para dejarlo caer lentamente hacia mis tobillos.
    
    Nancy parecía absorta en los detalles... Me estaba gustando el juego.
    
    ―Mostrá la pija... Quiero ver si es grande. Por algo Jimena debe calentarse...
    
    Y esto me terminó de encender, realmente.
    
    ―A veces me siento bastante puta... ―dijo con un ligero cambio en el tono de la voz―. ¿Es tan difícil de creer?
    
    ―Para nada, Nancy.
    
    ―Pues ahora me siento muy puta... Y no quiero que digas nada. Seguí haciendo tu trabajo. Mostrá tu pija y no dejes de sacarle fotos.
    
    Y yo, casi enloquecido, entre foto y foto, comencé a masturbarme y mirar con lujuria a mi compañera de trabajo. Quería hacerlo con suavidad, para no acabar en cuestión de segundos. Miraba a Nancy a través del espejo, nunca directamente (ella tampoco lo hacía), y no podía creer lo que estaba pasándome.
    
    ―Me gusta mirar porno ―dijo ella en un balbuceo―, y cuando miro pijas como las ...
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