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En un baño público
Fecha: 03/02/2019, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... conociera. Su mente es una madeja ciega que agudiza el resto de los sentidos para descubrir la imagen tapada. Una boca licua el acorde a flujo bebido que trepa por el techo y queda prensado en uno de los focos que da de lleno sobre su cabeza. Una mano aferrada al inodoro, la otra corre la bombacha que parece un trapo de piso macerado por su jarabe vaginal. La succión a helado de agua derretido que produce la concha de una en la boca de la otra, se funde al sonido propio de los dedos que masturban el clítoris calvo de Nechu. Ahora acomoda la cola hacia delante, los pies siguen calzados en la puerta mientras que el índice y el mayor juegan como tijeras sobre su antiguo espiral; se pajea de arriba hacia abajo y estaciona en cada puente de calentura para después acelerar la frotación en sentido contrario. Mete dos dedos hasta los nudillos y deja el anular rozando el culo que se dilata y se contrae junto a los gemidos que retumban en el baño. Entran y salen y se los pasa por las tetas. Se las chupa. La bombacha la pellizca entorpeciendo de a ratos el movimiento de sus dedos. Los vuelve a enjuagar en su concha y se pinta de flujo nuevamente las tetas. Se las chupa. Agarra la cartera y la mano gomosa le tiembla como si hubiese cargado una bolsa de cemento durante horas; saca un clásico desodorante a bolilla y apurada en ...
... fiebre empuja desalojando cada puerta de la concha, lo deja sellado y lo inclina mecánicamente hacia un costado y hacia otro. Lo saca y lo chupa. Se lo pasa por toda la cara... Por las tetas... Por el culo. Lo vuelve a chupar. Lo pega al clítoris como si una pija la hiciera desear antes de penetrarla. Vuelve a introducirlo, lo mueve en círculo rallando con la tapa lisa todas las paredes de su concha. Lo hace suave... Despacio. Ahora más fuerte... Más rápido. Más despacio. Más fuerte. Más rápido. Más flujo. Más fuerte. Más suave. Más fuerte. Se mea. Se acaba. Más rápido. Más despacio. Más fuerte. Se acaba. Se mea. Se frena... Uno... Dos... Tres... Cuatro segundos. El cuerpo se sacude parejo como si el silencio obligado le flameará por todos los músculos. El líquido ácido corre por sus piernas que se desbordan en un chapoteo tibio; salpicando sus muslos, la tabla, el piso, la puerta. Saca el desodorante de la concha y tirita a dos veinte sin controlar la electricidad que deshecha su orgasmo. Las dos mujeres continúan jugando de saliva sin saber que han donado el catálogo de una masturbación. Nechu vuelve poco a poco a tensar la piel, su marido espera por el vino sentado en una mesa. No puede salir, tendrá que aguantar la salida al pie de su charco. No es mala idea mojar los dedos y volver a empezar... Despacio... Despacio.