1. Qué cuñada!


    Fecha: 04/02/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... poco rato fueron a la habitación, y sólo nos dieron instrucciones : - Cuiden a Julieta, no la dejen sola... etc...etc...-
    
    Mi esposa gusta de vestirse muy sexy, ya que como les he dicho, Julieta carga un cuerpazo riquísimo, y como tal mi esposa tiene los mismos atributos que ella. Pues al bajar, Julieta ya estaba esperándonos y mis ojos quedaron prendidos de ella... y ella lo notó.
    
    Estaba vestida con una minifalda de una pieza completa color rojo, de un reducido tamaño que la hacía verse...UFFFFFF. Sin medias y unas zapatillas tan altas que era increíble que alcanzará el equilibrio y sobre todo por el tacón estilo aguja. Su espalda totalmente descubierta y su escote delantero, tan pronunciado que se lucía la comisura de sus senos.
    
    En realidad no supe cómo me notó, pero lo cierto es que noté algo de incomodidad de su parte, ya que de inmediato se colocó al otro lado de mi esposa, y tratando de siempre quedar tras de nuestro paso, como queriendo que no la viera más. Así nos dirigimos a la discoteca, y por la hora el ambiente empezaba a calentarse más y más.
    
    Las bebidas iniciaron y el tiempo pasaba. Una botella y tres vasos con hielo - fue nuestro pedido inicial y ahora siendo las dos de la madrugada, la botella casi se acababa y ya Julieta y yo nos dedicábamos a bailar y tomar sin recato alguno. Yo la admiraba sin temor...y ella...ya no le daba importancia a que la viera, es más, creo que hasta se lucía a propósito para darme un gusto. Tratando de no incomodar a mi ...
    ... esposa, bailábamos y tomábamos como si nada pasara, pero mis ojos estaban con Julieta y ella lo sabía.
    
    A esas horas, el estado ya era tan inconveniente, que mi esposa ya estaba con la lengua trabada y Julieta ya se mostraba más abierta, no sólo conmigo sino con los demás. En mas de una ocasión la sacaron a bailar y ella aceptó gustosa y los celos me empezaron a llegar, ya que le notaba gusto cuando la bailaban, y cuando se quedaba a platicar con esos desconocidos, y más aún cuando se intercambiaban números telefónicos. En más de una ocasión, hasta despedida de beso en mejilla, prendieron mi enojo, pero no podía hacer no decir nada.
    
    Lo que generó la erupción de mi volcán, fue el hecho de que Julieta, fue al baño y ese deleite por verla, no me permitía darme cuenta de mis actitudes, y mi cuñada se daba cuenta de ello, ya que cuando iba rumbo al baño, volteó y me atrapó comiéndomela con la vista. Me sonrió pero se fue directo al baño. No sé cuánto tiempo pasó, pero lo cierto es que se me hizo demasiado tiempo, y no podía despegarme par ir a ver porque la tardanza, ya que tampoco podía ser obvio con mi esposa. Los celos quemaban mi actitud, y no sabía cómo actuar. No pude más y le dije a mi esposa que Julieta ya había tardado y que la fuera a buscar. Así lo hizo sin recato, pero su condición no le permitía actuar muy bien, por lo que me paré y la acompañé, con el pretexto de cuidarla. Llegamos al baño, y ahí le encargué a la camarera, que le apoyara, para que entrara bien al ...
«1234...»