1. Divirtiéndome con el permiso de mi esposo (dos)


    Fecha: 05/02/2019, Categorías: Incesto Autor: Dinamujermadura, Fuente: CuentoRelatos

    Hola a todos mis lectores, para el día de hoy les quiero contar una historia en la que yo disfrute de exquisitos placeres con el consentimiento de mi amado esposo, que por circunstancias y estando trabajando, tuvo un accidente lastimándose su brazo derecho teniéndole que colocar un yeso y otorgándole una incapacidad de un mes, lo que en un fin de semana aprovechamos para viajar a Pereira una hermosa ciudad a la nunca había ido. Decidimos viajar por carretera tomamos la vía a Manizales para también conocerla cosa que me estreso un poco ya que para esa entonces a la parte en que vas a llegar al alto de letras que es bastante largo y por esa entonces le estaban haciendo reparaciones y para el colmo nos tocó una neblina espesa, yo iba muy asustada me le pegue a una volqueta que me guio hasta sacarme de la niebla y dejarnos ya en carretera abierta llegamos a Manizales y nos quedamos ese día ahí.
    
    Yo no quería seguir manejando, fue muy estresante.
    
    Al otro día seguimos nuestro viaje ya nos quedaba poco camino pues Pereira era la siguiente ciudad. Pero primero hicimos un recorrido por Manizales y sus calles empinada, muy bonita y que vi más mujeres que hombres. Y como a las 11 arrancamos para perrería.
    
    Llegamos al hotel y nos dieron una habitación pequeña pero con balconcito. Delicioso para la noche salir a tomarse unos buenos vinos y fumar cigarrillos y ver el atardecer, nos acomodamos dándonos un baño ya que estaba haciendo bastante calor. Para luego arreglarnos y salir a ...
    ... caminar un rato por los sitios cercanos al hotel, ver las vitrinas y comprar uno que otro recuerdo, comer empanadas y tomarnos lo que ellos llaman un parado, que es aguardiente con cafecito cosa que lo pone a uno a sudar nos metimos a tomar cerveza en una tienda de esquina. Y luego nos devolvimos al hotel a cenar. Al entrar al restaurante estaban dos caballeros hablando con una de las niñas del hotel y cómo íbamos de frente los vi cuando uno de ellos me vio y le hizo señas a su compañero para que me viera entrar. Cosa que no disimularon ni cinco al contrario no me quitaban los ojos de mi cuerpo mirándome de arriba abajo. Mi esposo se dio cuenta pero no le dio importancia y mirando hacia las mesas señalo una en la que debíamos ir y sentarnos a comer.
    
    Al pasar por su lado me quede mirándolos y me sonreí debí de haberme puesto roja porque sentí un calor en todo mi cuerpo. Cenamos y era la primera vez que comía cordero con una salsa exquisita ya que fue sugerencia del mesero y mi esposo aprobó que fuera ese plato a ambos nos gustó. Luego tomamos vino y charlamos de todo un poco. Durante todo el rato que estuvimos en el restaurante aquellos dos caballeros no dejaron de ver asía nuestra mesa.
    
    David estaba un poco mareado pues la operación del brazo lo tenía a punta de antibióticos cosa que por esos días había dejado de tomar para poder tomarse unos traguitos en el viaje. Además que ya estábamos terminando sus días que le habían dado de incapacidad. Nos subimos al cuarto, yo ...
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