Entre Mis Dedos (Mis Inicios Pt. II)
Fecha: 05/09/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: AndyStories, Fuente: TodoRelatos
... por qué, pero me sentía lista. No estaba nerviosa, sino emocionada. Tenía la idea tan clara que, cuando me senté a su lado y le acaricié el pecho por debajo de su camiseta, él solo cerró los ojos. Supe que lo entendía y que lo quería también.
Deslicé mis dedos hasta el borde de su pantalón. Sentí su respiración agitarse, y eso me hizo temblar por dentro. Empecé a desabrochar su pantalón despacio, casi con devoción, como si lo que estaba a punto de tocar fuese tan frágil que el mínimo roce lo rompiera.
Descubrí su pelvis por completo, y ahí estaba él. Tan distinto a mí, pero tan vivo. Lo tomé con una mezcla de miedo y emoción. Estaba tibio y palpitaba un poco.
Al principio no sabía bien qué hacer, solo recordaba mis propios movimientos, así que los imité. Mis dedos lo acariciaban con torpeza al principio, pero luego con ritmo. Supe que lo estaba haciendo bien cuando escuché un leve gemido escapar de su boca. No me lo esperaba. Fue tan suave, tan sincero, que me removió por dentro, y aumenté un poco la velocidad.
Su rostro decía más que cualquier palabra. Se le notaba en los labios entreabiertos, en los párpados pesados, en cómo se aferraba al sofá como si estuviera flotando. Verlo así me impactó, pero a la vez me gustó: era la ...
... primera vez que sentía que mi cuerpo podía darle placer a alguien más. Y eso me cambió por dentro.
Su respiración se agitaba cada vez más, mientras sus piernas tenían pequeños espasmos y su espalda se arqueaba. Pero yo continuaba. No me lo decía, pero sabía que lo estaba disfrutando, ya que pude verme reflejada en aquella noche de octubre.
Sus piernas se pusieron tensas, sus jadeos eran más fuertes, y fue cuando terminó, y pude ver cómo empapaba mi mano con algo blanco y espeso. Pensé que le había hecho daño, pero lo descarté cuando dejó escapar un suspiro largo con una pequeña risa. Nos miramos y no pudimos evitar reír bajito, con los nervios aún encima, como si hubiéramos hecho una travesura.
No fue muy escandaloso. Fue simple, hermoso y nuestro. Nos dimos un beso, y fui a la cocina por unas servilletas para limpiar. Una parte había caído en su pecho, otra había caído en el sofá, pero la gran mayoría había quedado entre mis dedos.
Poco después llegó la hora de que volviera a casa, y aunque no volvimos a tocar el tema de inmediato, esa tarde marcó un antes y después en mí. Descubrí que había cruzado una línea, y que se me había presentado un nuevo mundo lleno de posibilidades, el cual estaba dispuesta a explorar.
(Continuará...)