¡Qué vacaciones! (2)
Fecha: 06/09/2025,
Categorías:
Intercambios
Autor: Wense, Fuente: CuentoRelatos
... avisarnos?
De repente me salió una vena como de celoso, pero no eran celos, era curiosidad.
―¿Los seguimos sin que se enteren? Vamos a recepción a pedir copias de nuestras habitaciones, decimos que han salido nuestras parejas y así tenemos libre albedrío. -Me sugirió Lucía, que estaba igualmente intrigada.
Así lo hicimos, convencimos a la Recepcionista y nos fuimos a la habitación, esperamos un poco y entramos en silencio. Nada más abrir pudimos oír a Sylvia gemir profundamente y el sonido venía de la habitación, nos metimos en el baño desde el cual, y gracias a la disposición de los espejos podíamos ver sin ser vistos… Juan estaba comiéndole el coño a mi mujer mientras esta gemía sin parar al borde de la cama..
―Sigue, Juan, sigue, méteme la lengua, así, más, más…
Sylvia aún tenía puesta la parte de arriba del bikini, aunque Juan estaba completamente desnudo, con la polla tiesa haciéndose una paja, con la boca dentro del coño de mi mujer, que se abría de piernas todo lo que podía, y ayudaba a mi amigo con las manos, le empujaba hacia ella, en esto Juan se separó un poco, se puso de pie y se la metió de golpe, la había abierto tan bien de piernas que entró como un cuchillo en la mantequilla.
―Te gusta, ¿eh? Te gusta, te voy a follar estas vacaciones como no te han follado en tu vida, a partir de ahora Jacobo te a saber a poco, y me vas a pedir que te visite para correrte a gusto.
―Sigue Juan, me encanta, dime lo que quieras, pero fóllame hasta reventar, ...
... fóllame…
―Toma, toma… ah ah ah ven aquí…
La agarró con fuerza y le dio un morreo, no se separaban, estaban cada vez más juntos, se movían como animales ella lo había agarrado con fuerza con las piernas y él había trepado un poco en la cama, ahora veíamos el culo de Sylvia completamente abierto y la polla de Juan entrar y salir sin compasión… tanto Lucía como yo estábamos amarrados como dos niños escondidos, con la respiración acelerada, pero no teníamos ganas de interrumpirlos, pero no hacía falta, Juan estaba a punto de caramelo.
―Sylvia, me corro, me estoy corriendo, Diooos, que fuerte, toma, toma…
―No pares ahora, no, dame más, necesito más, cabrón no termines, aguanta, por favor…
Juan se corrió en el coño de mi mujer, y calló literalmente agotado a su lado, eran muchas emociones juntas, Sylvia empezó a frotarse con su mano como desesperada, pero eso no podíamos permitirlo.
―Que sinvergüenzas, jugando sin nosotros, ¿eh? Deja, que yo termino lo que no ha acabado mi marido, quiero saber a qué sabe una mujer, ven aquí –Dicho esto Lucía se puso a comerle el coño a Sylvia, mientras le preguntaba– ¿Te gusta? ¿te gusta? O lo hace mejor mi marido.
―Nooo, no pares, como lo comes, guarra, sigue, no pares.
Lucía estaba llevando al cielo a mi mujer, que no se podía estar quieta, yo me puse detrás de ella, le baje el bikini y empecé a comerle el culo, se lo abrí con las dos manos, le metí la lengua y le echaba algo de saliva, y lo empujaba con los dedos, empecé a ...