1. Noche en el Caribe con mi esposa traviesa


    Fecha: 09/09/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Alexxx James, Fuente: CuentoRelatos

    La brisa cálida del Caribe acariciaba la piel bronceada de Roxana mientras se recostaba en la tumbona de la terraza.
    
    Desde allí, podía ver el azul interminable del mar, las palmeras moviéndose al ritmo del viento y escuchar el eco de la música que llegaba desde el bar de playa.
    
    Alejandro, su esposo, estaba sentado a su lado, con una copa de vino en la mano y una mirada que la hacía sentir desnuda, aunque solo llevaba un bikini negro diminuto que resaltaba sus curvas. —Deberías ir al bar esta noche —dijo Alejandro de pronto, con esa voz grave y tranquila que usaba cuando quería convencerla de algo.
    
    Roxana lo miró con curiosidad, levantando una ceja. —¿Al bar? ¿Sola? —preguntó, dejando de mover el pie que balanceaba suavemente al borde de la tumbona.
    
    Alejandro sonrió, dándole un sorbo a su copa antes de responder. —Sí. Sola. Quiero verte allí… quiero verte a ti siendo tú, sin que nadie sepa que eres mi esposa. —Se inclinó hacia ella, apoyando un codo en la tumbona y bajando la voz—. Quiero verte siendo deseada, provocando miradas, despertando fantasías.
    
    Roxana sintió cómo el corazón le daba un vuelco. Se enderezó ligeramente, apoyando los codos en las rodillas. —¿Estás hablando en serio? —preguntó en un susurro. Alejandro asintió, pero sus ojos no se apartaban de ella. —Hace años que tenemos esta conversación. Sé que lo has pensado. Y no puedes negar que parte de ti quiere hacerlo. —Sus dedos recorrieron suavemente el muslo de Roxana—.
    
    Este lugar es perfecto. ...
    ... Nadie nos conoce. Nadie te juzgará. Es Cancún… la ciudad del pecado después de Las Vegas. Además… —hizo una pausa, acariciando la piel de su pierna— los hombres caerán sobre ti como moscas.
    
    Roxana soltó una risa nerviosa y se apartó un poco, pero Alejandro no dejó de mirarla. —No seas ridículo. Ya tengo cincuenta años… —dijo, aunque su voz tembló ligeramente. —Y sigues siendo increíble. —La interrumpió Alejandro, acercándose más—. Esas piernas torneadas, ese cuerpo… ¿Sabes lo que darían muchos por tenerte aunque fuera una noche?
    
    La respiración de Roxana se aceleró. Alejandro la conocía demasiado bien. Sabía que en el fondo ella sentía curiosidad. Sabía que, aunque la idea la asustaba, también la excitaba. —Y si no pasa nada —continuó él—, no importa. Solo quiero verte en ese ambiente… quiero verte sintiéndote libre, admirada, deseada.
    
    Roxana lo miró, buscando algún indicio de celos o inseguridad en sus palabras, pero no encontró nada más que emoción en sus ojos. —¿Y si pasa algo? —preguntó finalmente, probándolo.
    
    Alejandro se inclinó y le mordió suavemente el labio inferior. —Si pasa algo… me muero por verte disfrutarlo.
    
    Roxana cerró los ojos un momento, dejando que las palabras se filtraran en su mente. La idea de ser el centro de atención en un lugar lleno de desconocidos, de sentir miradas recorriendo su cuerpo y manos acariciándola que no fueran las de Alejandro, despertó un calor en su vientre que no podía ignorar. —Pero… —intentó decir, aunque Alejandro ...
«1234...8»