ABRIENDO LAS ALITAS 2
Fecha: 13/09/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Martian25, Fuente: SexoSinTabues30
El pajarito acechado en el nido.
El tiempo pasó pronto.
Superé la partida de mi primo Pablo, o más bien me acostumbré a su ausencia, no sé. Los besos que nos dimos y las sensaciones que me provocaron se convirtieron en huellas imborrables en mi memoria, pasaron a formar parte de mi ser. Si volví a verlo, pero nunca pudimos hablar a solas, tan solo nos mirábamos y sonreíamos.
Con cada experiencia traumática vivida diferentes aspectos de mi personalidad se fueron delineando. Descubrir lo falso que podían ser las personas que me rodeaban contribuyó a que me fuera encerrando más y más en mis propios pensamientos y a esconder mis emociones. Como escape a ese encierro se creó en mi mente un ser imaginario igual que yo, como un reflejo o una réplica de mí mismo, pero irreverente, libre, atento, con el que podía platicar y soñar, y quién me aconsejaba o me advertía sobre qué hacer o no hacer. Lo visualizaba como mi gemelo en pequeño, mi “verdadero yo”, el que solo yo conocía y que no se podía mostrar ante los demás.
Hola, mundo cruel.
La experiencia vivida con Pablo, las humillaciones y las burlas recibidas empezaron a moldear mi personalidad. No solo hubo cambios en mi vida, también cambié yo. Me convertí en un niño temeroso y retraído. Ese aislamiento fue desarrollando en mí la costumbre de hablar conmigo mismo en voz baja para no sentirme tan solo.
También me sentía constantemente triste por la situación en la que vivíamos. Nuestra casa era pequeña y mis ...
... hermanos varones y yo dormíamos en una sola recámara. A mí me tocaba dormir con mi hermano Marco en una cama pequeña. Algunas noches me despertaba porque sentía que unos brazos rodeaban mi cuerpo. No entendía lo que sucedía. Cuando lograba despertar bien y abrir los ojos encontraba a mi hermano dormido, o al menos eso parecía. En más de una ocasión encontré en mi trusa un líquido pegajoso en la parte trasera. La primera vez que lo descubrí me asusté, pensé que era algo malo, pensé que era sangre.
No me llevaba bien con mi hermano, no sé si era por la diferencia de edad, él ya tenía 13 años, o por su forma de ser agresiva y brusca. Marco, constantemente y a manera de juego, nos molestaba a mi hermana y a mí, hasta nos golpeaba según él en son de broma, por lo mismo lo evitaba. Desde lo sucedido con Pablo no platicaba con mi mamá de lo que sentía o de lo que me pasaba por miedo a que volviera a enojarse conmigo, nunca le conté lo que me pasaba en la noche.
Mis padres eran muy católicos. A mi corta edad, no alcanzaba a comprender eso de la religión, me preguntaba como un Dios que nos amaba podría quemarnos en el infierno, igual que no entendía cómo mi mamá, que decía quererme tanto, me había tratado tan mal cuando pasó lo del beso con Pablo.
Por órdenes de mi madre mis hermanos y yo tuvimos que ir al catecismo los fines de semana “paraacercarnos a Dios” según nos decía. Esa idea me parecía imposible si Dios estaba tan lejos en el cielo, ni modo que un día yo empezara a flotar ...