1. JOVEN DE 18 AÑOS ES SEDUCIDO POR TRES POLICÍAS MADUROS EN UN ESTACIONAMIENTO ABANDONADO (CREADO CON IA)


    Fecha: 15/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Gays Autor: Hombre goloso, Fuente: SexoSinTabues30

    El estacionamiento abandonado se extendía como un desierto de asfalto, iluminado solo por la luz mortecina de una farola que parpadeaba al ritmo de un viento frío y cortante. Era una noche típica de otoño en la ciudad, con un cielo nublado que amenazaba lluvia pero no cumplía su promesa. Braulio, de apenas 18 años, caminaba con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, su respiración formando nubecillas de vapor en el aire frío. Había quedado con un amigo para encontrarse allí, pero el amigo no había aparecido. Ahora, solo y rodeado de silencio, Braulio se preguntaba si había sido una mala idea venir.
    
    De repente, el sonido de una sirena rompió la tranquilidad de la noche. Braulio se giró, su corazón acelerándose al ver un coche patrulla que se acercaba lentamente. El vehículo se detuvo a pocos metros de él, y tres figuras emergieron de su interior. Eran policías, todos maduros, con uniformes que les quedaban como una segunda piel. El primero, Anselmo, era alto y robusto, con una mirada penetrante que parecía ver más allá de la superficie. Manuel, el segundo, tenía una sonrisa pícara y unos ojos que brillaban con una mezcla de autoridad y algo más que Braulio no podía identificar. El tercero, Enrique, era más bajo y musculoso, con una presencia que irradiaba una calma inquietante.
    
    —¿Qué hace un joven como tú en un lugar como este a estas horas? —preguntó Anselmo, su voz grave y autoritaria resonando en el silencio.
    
    Braulio tragó saliva, sintiendo cómo el ...
    ... miedo y la curiosidad se mezclaban en su interior. —Estaba esperando a un amigo, pero no ha venido —respondió, intentando mantener la voz firme.
    
    Manuel se acercó, su sonrisa ampliándose. —¿Y no te parece peligroso estar solo aquí? Podría pasarte cualquier cosa.
    
    Braulio sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero también algo más, algo que no podía explicar. —Supongo que sí —murmuró, bajando la mirada.
    
    Enrique se colocó a su lado, su presencia física casi abrumadora. —Deberías tener más cuidado, joven. La noche está llena de peligros.
    
    Braulio asintió, pero en lugar de sentirse intimidado, notó cómo su cuerpo respondía de una manera que no esperaba. Su corazón latía con fuerza, y una cálida sensación se extendía por su abdomen. Levantó la mirada y se encontró con los ojos de Manuel, que lo observaban con una intensidad que lo hizo ruborizar.
    
    —¿Sabes? —dijo Manuel, acercándose aún más—. A veces, los peligros no son lo que parecen. A veces, pueden ser… tentadores.
    
    Braulio sintió cómo su respiración se aceleraba. No entendía lo que estaba sucediendo, pero algo en su interior le decía que no quería que terminara. Anselmo se colocó detrás de él, su aliento caliente en la nuca de Braulio. —¿Te gustaría descubrirlo? —susurró, su voz ronca y seductora.
    
    Braulio cerró los ojos, sintiendo cómo las manos de Enrique se posaban en sus hombros, firmes pero suaves. —No sé… —murmuró, su voz temblorosa.
    
    —No tienes que saber —dijo Manuel, su aliento caliente en el oído de ...
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