1. Profesora particular (5: tercera y última parte)


    Fecha: 16/09/2025, Categorías: Hetero Autor: Jano, Fuente: CuentoRelatos

    ... penes. – Jugad con mis tetas, venga, hmmm, ¡más fuerte!
    
    -¡Sí, sí! Ay, hmmm, yo ya… yo ya… oh, ¡ah! – grita Lucas. – ¡Oh! ¡Ah!
    
    -Sí, sí, papi, ¡quiero tu lefa! Hmmm, ay, ¡qué sabrosa, y caliente… me corro, ah, mamá, me correoso… qué gusto! ¡Sabe igual de buena que la de tus hijos! – me deshago de placer y mis jugos brotan y empapan mis muslos y encharcan el suelo.
    
    -Oh, ay, ¡yo… yo también! ¡Ah… oh… toma, toma… puerca! ¡Tomasa!
    
    -Sí, sí, ¡llenadme la boca! Oh, oh, no me cabe, ah, ¡me resbala por la barbilla! ¡Oh, pero cuanta leche! ¡Me relamo, no quiero perder ni una gota de vuestro semen! ¡Tito! ¡Papi! ¡Gracias! ¡Sois muy buenos conmigo!
    
    -¡Mira que eres cerda, hija!
    
    -Es solo que es una chica muy caliente, Lucas.
    
    -¡Caliente y puta!
    
    Me bombean y me dan su abundante esperma, que saboreo con placer y me trago, mientras me corro incontables veces. Al cabo de un rato, ya dejan de follarme la boca porque sus penes están agotados.
    
    -Por favor, Esther, no digas nada a nuestras esposas. ¡Iban a tener un gran disgusto!
    
    -No os preocupéis, no diré nada. ¿Vosotros tampoco lo expliquéis a nadie, de acuerdo?
    
    -No, no, nunca debe saberlo nadie.
    
    -Pero bueno… yo todavía… si queréis… -me introduzco un par de dedos en la vagina, me arqueo un poco para que vean bien mi sexo y les enseño la mano empapada.
    
    -¡Esther, no, no puede ser! ¡Hija, pero… es que eres insaciable! – se admira Manuel.
    
    -¡Ya me gustaría, ya! – admite Lucas.-Me gustaría follarte! ¡O darte por ...
    ... el culo!
    
    -¡Y seguro que a ella le iba a encantar! – sonríe Manuel guiñándome un ojo.
    
    -Papi, por mí… -me muerdo los labios y me abro de piernas para ellos. Ven que mi sexo rezuma.
    
    -No, no, Lucas, ¡Esther! ¡No puede ser! ¿Qué van a pensar todos? Venga, va, salgamos al jardín… Y tú, niña, vístete, ¡por favor!
    
    -Vale, vale… es cierto, bueno, gracias, ¡habéis sido muy amables y cariñosos conmigo!
    
    -Y tú, y tú, ¡Esther!
    
    -¡Gracias a ti, hija!
    
    -¡Sí, sí! ¡Bueno, pues a ver si encuentro la habitación con el vestido y mi ropa interior! Y me voy a ir. Despedidme de los demás.
    
    Voy completamente desnuda por la casa y con los muslos llenos de mis flujos y sí, encuentro el cuarto donde me cambié. ¡Pero mi sorpresa es que allí solo tengo el vestido! ¡Vete tú a saber qué se llevó mis bragas y mi sostén! ¡En esta familia, no te puedes fiar de nadie! Se nota que les gusto y que les encanta guardar mi ropa, ¡seguro que para olerla, lamerla y masturbarse con ella! Bueno, es un halago, la verdad. Decido ponerme el vestido y marcharme enseguida. ¡Con un poco de suerte, llegaré a mi casa sin que por la calle nadie me vea el culo! ¡Esperemos que no haga viento! Y si me ven, pues mejor para ellos, ¡que se alegren la vista!
    
    -Esther, Esther! ¿Qué haces?
    
    -¡Me estoy vistiendo, tita!
    
    -¿Pero hija, tanto tardas en cambiarte de ropa?
    
    -Tita, sí, bueno… yo… o sea… ya me voy.
    
    -No, no, pero ¿qué dices? ¡Si ni siquiera te has bañado! Ven, ¡ven por lo menos un rato, que vamos a ...