1. El perro de mi hermana, mi marido y yo


    Fecha: 17/09/2025, Categorías: Zoofilia Autor: bhorio, Fuente: TodoRelatos

    ... lado.
    
    -¿Podrías mamar un poco mi polla también?
    
    Cerré la mano alrededor de la verga de Tarzán, apretando con fuerza y me puse a mamarle el rabo a mi marido. Fueron solo unos segundos. Me pidió que siguiera con el perro.
    
    Para entonces ya asomaba el bulbo y, aunque mi experiencia era nula, pensé que mejor que aquello creciera ya dentro de mí. Me puse a cuatro patas y Tarzán, inmediatamente, saltó sobre mi espalda buscando el coño a golpes de polla. No iba a acertar. Cogí su tranca y la encaminé. Entró con mucha suavidad aunque, una vez dentro, volvió a embestir con frenesí. Me hacía daño, pero mi excitación crecía y crecía. Mi marido se tumbó a mi lado pajeándose con una mano mientras con la otra estrujaba mis tetas. El semen del perro empezó a escurrir empapándome el coño por completo. Yo lo aproveché para frotarme el clítoris. En ese momento mi marido dijo:
    
    -¡Me voy a correr! ¡Me corro, me corro!
    
    El primer chorro de lefa se estrelló contra mi vientre, después vino otro, otro y otro y otro. Pellizqué con fuerza mi clítoris y seguí masturbándome. Me alcanzó un brutal orgasmo. Las paredes de mi vagina apretaban con fuerza la polla de Tarzán, que seguía descargando su leche.
    
    Quedé exhausta, aunque el perro estaba apenas empezando. Sus empellones no eran tan intensos pero notaba que su polla estaba hinchada en todo su esplendor dentro de mi coño. Estaba abotonada.
    
    Mi marido se sentó mirándonos sin parpadear. Empezó a acariciarme el coño y creo que también ...
    ... acariciaba los huevos de Tarzán.
    
    -Sabrás que esto va para rato, el perro va a estar follándome por lo menos un cuarto de hora y no me atrevo a sacársela con el tamaño que tiene ahora.
    
    -Se me ocurren formas de pasar este rato. Vuelvo enseguida.
    
    En unos segundos el muy cabrón apareció con el satisfyer y con un consolador.
    
    -¿Pero qué planes tienes?
    
    -Pues que no te aburras, cariño.
    
    Mojó el consolador en la lefa de Tarzán y empezó a metérmelo por el culo, mientras buscaba mi clítoris con el satisfyer.
    
    -¡Déjame el aparatito a mí y tú dedícate a clavarme eso en el culo! Y lleva cuidado que ya estoy muy llena.
    
    Cuidadosamente fue hincándome el consolador en el culo mientras yo acercaba el satisfyer a mi clítoris. Mi cuerpo empezó a tensarse recibiendo placer a oleadas. No pasó mucho tiempo hasta que puse el aparato al máximo y lo apreté con fuerza contra mi clítoris. Me corrí como una auténtica puta.
    
    Sólo cuando un chorro de lefa alcanzó mi cara me di cuenta de que mi marido tampoco había perdido el tiempo.
    
    Estábamos agotados, aunque esta vez Tarzán parece que también había acabado. Notaba que su polla se reducía y que ya era posible sacarla. Lo hizo mi marido. El perro se tumbó y empezó a lamerse.
    
    Nosotros nos fuimos en silencio a la ducha. Ya habría tiempo de hablar al día siguiente.
    
    Una idea me vino a la cabeza. Para Tarzán esto parecía de lo más natural, incluso en algunos momentos automático, aprendido.
    
    Tendría que hablar también con mi ...