1. Mi sobrina Lucy de 10 años segunda parte


    Fecha: 20/09/2025, Categorías: Fetichismo Incesto Autor: Writecarlos, Fuente: SexoSinTabues30

    ... completo.
    
    «Que orejitas tan velluditas tienes» le susurraba en el oído sientiendo precisamente esos vellitos en la punta de la lengua. Besaba su cuello y le propinaba pequeños mordiscos suaves.
    
    Metía la mano por la falda y toqueteaba su vulva por encima del leotardo. Sentía muy cerca los botoncitos de esa prenda que se abrochan justo entre las piernas. Lucy tenía los ojos cerrados abandonada a mi.
    
    La respiración de mi pequeña se hizo más notoria y más profunda. Quizá tal vez por lo que le decía, quizá porque mi mano iba y venia por todos lados. Quizá porque mi verga dura se metía cada vez más entre sus nalgas.
    
    Decidí desabotonar el leotardo y unos jaloncitos en el borde de la unión bastaron para que se separaran las telas elásticas dejando ahora solo el calzón de Lucy entre mi mano y su piel.
    
    Para este momento las mejillas de mi nena estaban super coloradas y calientes. Mi boca no había dejado de decirle cosas y de saborear se cuello y sus hombros. Me hice hacia atrás y la senté en un silloncito que teníamos a la mano.
    
    La fui acomodando para que quedara sentada y pudiera ver en el espejo lo que seguía.
    
    Me hinque frente a ella y separe sus piernas. Pasaba mis manos desde sus tobillos hasta los muslos. Acariciaba desde su cadera hasta sus rodillas y abría un poco más sus extremidades. Hincado como estaba, empecé a darle pequeños besos en las piernas. Subía centímetro a centímetro tocando con mis labios su piel suave, magra, deliciosa.
    
    Alternaba entre ...
    ... pierna y pierna mientras mis dedos electrizaban sus pantorrillas con suaves pases.
    
    «Te gustan los besitos, cariño?» Pregunté. Y obtuve dos parpadeos seguidos que eran igual a un «si» en nuestro lenguaje y seguí. Subí las manos por sus piernas y llegué hasta ese calzoncito blanco que llevaba. Lo empecé deslizar hacia abajo y fui descubriendo su hermosa conchita. Pequeña, lampiña, cerrada , con una ligerisima abertura por la posición de las piernas que permitía ver la piel rosa de los labios menores. Estaba indeciso si quitarle las bragas o dejárselas a medio camino. Era muy excitante ver esos calzoncitos a la mitad de esas piernas inmoviles. Ella sentada con la cadera casi al ras del sillón tenía los ojos brillantes, llenos de emoción. Seguí hincado avanzando. Era la primera vez que llegaba con los labios hasta la panocha de mi pequeña y no me detuve más. Por fin llegué con la lengua hasta esa dulce rajada, le di un vistazo más a Lucy que se mantenía observando su reflejo y me zambullí en el delicioso néctar sexual de mi pequeña. Lamí, succione, mamé, mordí y besé cada rincón, cada pliegue de su deliciosa pucha. Me bebí todos los jugos que de ella emanaban. Con mi lengua taladraba hasta donde podía, sintiendo la piel magra de su chochito. Con las manos sentía las piernas, la falda, el leotardo, la cintura y todo lo que alcanzaba de Lucy. Era el manjar más delicioso que había probado en la vida. Habré pasado 15 minutos mamandole la rajada cuando su cuerpecito comenzó a tensarse ...