1. Mi madre busca quedar embarazada, mi primo y yo le ayudamos


    Fecha: 24/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Incesto Intercambios Autor: lordlunatico, Fuente: SexoSinTabues30

    ... y hacia atrás, con sus labios apretados alrededor del pene de Sergio. Él gemía suavemente, disfrutando del placer que le estaba dando mientras acariciaba el cabello de mi mamá. Después de un rato, Sergio estaba completamente erecto.
    
    —Así, tía, así, eres muy buena chupando,— decía Sergio. Eres increíble.
    
    —No te vayas a correr en mi boca,—dijo mi mamá, levantando la mirada para encontrarse con la de Sergio. Aún no.
    
    —Ya lo sé, tía, no te preocupes,— respondió Sergio, su respiración cada vez más acelerada.—Ya estoy listo, ahora sí abre esas piernas.
    
    Mi mamá se recostó en la cama, levantó y abrió sus piernas, invitándolo a entrar. Sergio se colocó entre sus piernas, sus ojos recorriendo su cuerpo con deseo.
    
    —Vaya, tía, qué detalle, te depilaste para mí,—dijo Sergio, con una sonrisa traviesa en su rostro.
    
    —No estés de gracioso, Sergio,— respondió mi mamá, con su voz firme. Solo métemela.
    
    —Vale, está bien, dijo mi primo, colocándose sobre ella. Tomó su pene y comenzó a introducirlo lentamente, haciendo que mi mamá dejara escapar un gemido de placer.
    
    —Sergio ya estaba dentro, ahora comienza a moverte,—dijo mi mamá.
    
    —De acuerdo, tía, comenzaré a cogerte,—respondió Sergio, empezando a mover sus caderas hacia adelante y hacia atrás, acompañado por los gemidos de mi mamá.
    
    Sergio comenzó a buscar los labios de mi mamá mientras se la cogía de misionero. Ella giraba su cara al lado contrario, evitando el contacto.
    
    —Nada de besos, Sergio,— dijo mi mamá, su ...
    ... voz firme. Solo me estás embarazando, no lo olvides.
    
    —A mí me da igual,— respondió Sergio, intentando nuevamente besarla. Quiero sentirte completa.
    
    Mi mamá se resistió al principio, pero la intensidad del momento la hizo ceder. Sergio aprovechó la oportunidad para besarla, desde la boca hasta el cuello, haciendo que ella comenzara a gemir de placer.
    
    —Sí, así,—susurró mi mamá. No pares, por favor.
    
    Ambos se giraron en la cama, quedando mi primo debajo. Mi mamá se subió sobre él, sus ojos brillando con una mezcla de deseo y determinación. Comenzó a cabalgar, moviéndose con una sensualidad que parecía natural en ella. Mientras se sacaba el sostén, dejando al descubierto sus senos, mi primo no perdió la oportunidad. Sus manos subieron para presionar y masajear sus pechos.
    
    La cama rechinaba sin parar, el sonido rítmico acompañando los gemidos de mi mamá. Ella puso sus piernas en cuclillas y comenzó a brincar sobre mi primo, sus movimientos cada vez más rápidos y frenéticos. El sudor perlaba su piel, reflejando la luz tenue de la habitación.
    
    —Más fuerte,—dijo mi mamá, sus uñas clavándose en los hombros de mi primo. Quiero sentirte más profundo.
    
    Mi primo obedeció, sus manos ahora en las caderas de mi mamá, guiándola en un ritmo más intenso. Los gemidos se volvieron más altos, más desesperados, y la cama parecía a punto de desmoronarse bajo el peso de su pasión.
    
    —Sí, así,—gritó mi mamá, su cabeza echada hacia atrás. No te detengas, por favor.
    
    Yo, Emilio, ...
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