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Mis Placeres
Fecha: 25/09/2025, Categorías: Bisexuales Masturbación Voyerismo Autor: Bisexuaal, Fuente: SexoSinTabues30
A los 13 conocí las pajas, a los 15 perdí la virginidad y a los 16 estuve con un chico por primera vez. Más o menos así fueron mis inicios en el sexo. Me llamo Nicolás y vivo en algún lugar de Argentina. Todavía recuerdo aquella tarde donde casualmente estuve solo en casa. Salí del baño envuelto con la toalla para cambiarme en mí habitación, cerré la puerta detrás de mí y dejé caer al suelo la toalla. Sentí la pequeña brisa de aire recorriendo mí cuerpo, estaba de espaldas al espejo dejando una linda imagen de mí culito lampiño y gordo; adelante los primeros pelos comenzaban a salir sobre mis huevos adornando de manera tierna mí pija (que a esa edad ya me media unos 12 centímetros). Una vez elegí la ropa que iba ponerme me miré al espejo, ahí por primera vez admiré lo que me había dado la vida y algunas charlas que tuve con mis amigos se vinieron a mí mente como por ejemplo quienes ya se hacían la paja, si ya teníamos pelos o sobre que chicas nos parecían lindas en la escuela, etc. Sin haberme dado cuenta me había acercado frente al espejo, una mano la tenía agarrando tímidamente mí pija hasta que poco a poco me animaba a jalarmela con más frecuencia. Sentía mis piernas temblar junto a mí corazón quería salirse del pecho como si estuviera apunto de cometer un delito, las primeras corrientes de placer que viajaban por mí cuerpo logrando hacer que varios suspiros y gemidos salieran de mí boca. Mis mejillas se tornaron en un color rosita al igual que mí pecho, el ...
... espejo reflejaba una erótica imagen mía entregado al placer y como mis huevos rebotaban cada vez que sacudía mí pija con vehemencia. — Ahh ahhhh ahhhh… Ohhhh siii!!!. Cerré mis ojos ya entregado al placer, la pelvis la movía hacia delante y detrás como si tratara de franelear con mí propio reflejo. La mano que tenía libre viajó por todo mí abdomen y torso lo que me produjo más choques eléctricos. — Ohh mmm… Si…. La puta madre… Sin querer o por obra del destino mí pija hizo contacto con el espejo, sentir el frío de este me había echo dar un pequeño sobresalto pero no paré y seguí la paja como un desquiciado hasta que no aguanté más. Mis piernas tambalearon, un largo suspiro ahogado de placer salió de mí alma y varios lechazos salieron disparados manchando el suelo y espejo. Caí arrodillado al suelo, mis nalgas quedaron abiertas por la posición en la que estaba. Mí pecho subía y bajaba como si hubiera corrido un maratón, abrí los ojos y ví mi reflejo entre los lechazos que se deslizaban hacia abajo goteando al piso, sonreí ante eso con una mezcla de orgullo y satisfacción. «Me hice la paja y me encantó» pensé. Descubrí un mundo maravilloso. Dos años después, ya a los 15, cogía seguido con una querida amiga la cual sería mí incondicional hasta el día de hoy. Julieta tenía la misma edad y era una bomba de 1.55 con grandes tetas y un hermoso culo todo heredado genéticamente por su mamá, habíamos pegado onda al instante por tener personalidades casi idénticas y ...