La Entrega de Susana
Fecha: 25/09/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Asharte, Fuente: TodoRelatos
... claramente complacido con su honestidad. "Eso es, Susana", dijo él. "Ese es el verdadero poder del shibari. No se trata solo de restricción, sino de liberación. De dejar ir todo lo que te ata y confiar en que yo cuidaré de ti".
Mientras Susana colgaba del techo, su padrastro se acercó y colocó un vibrador remoto entre sus piernas, asegurándolo en su lugar con otra cuerda. "Este pequeño juguete te recordará quién tiene el control", dijo él, su voz baja y seductora. "Incluso cuando no esté aquí, incluso cuando estés en público, este vibrador será un recordatorio constante de tu sumisión". Susana sintió cómo el dispositivo se acomodaba contra su clítoris, y un escalofrío de anticipación recorrió su cuerpo. Sabía que su padrastro podía activarlo en cualquier momento, llevándola al borde del orgasmo y dejándola allí, necesitada y desesperada.
La sesión continuó durante lo que parecía una eternidad, con Susana colgando del techo, completamente a merced de su padrastro. Él ajustaba las cuerdas, cambiando la presión y la tensión, asegurándose de que ella sintiera cada movimiento, cada cambio. A veces, las cuerdas se apretaban alrededor de sus senos, haciendo que gimiera de dolor y placer. Otras veces, se aflojaban, permitiéndole respirar, pero solo por un momento. "¿Estás lista para el siguiente paso, Susana?" preguntó él, su voz baja y controlada. Ella asintió, sabiendo que no tenía elección, pero también sabiendo que no quería ninguna. "Sí, padrastro", respondió, su voz ...
... apenas un susurro. "Estoy lista".
Él la bajó lentamente del techo, y Susana sintió cómo sus pies tocaban el suelo nuevamente. Pero antes de que pudiera ajustarse a estar de pie, su padrastro la guió hacia una silla y le vendó los ojos. "Esta noche, exploraremos la privación sensorial", dijo él, su voz suave pero firme. "Quiero que sientas cada sensación, pero también quiero que te rindas a la oscuridad, a lo desconocido". Susana sintió cómo la venda se ajustaba alrededor de sus ojos, sumiéndola en una oscuridad total. Sabía que esto sería una prueba, una prueba de su confianza en su padrastro, de su voluntad para rendirse completamente a él.
Con los ojos vendados, Susana sintió cómo su padrastro comenzaba a moverse alrededor de ella. Primero, fue el toque de algo frío contra su piel, haciendo que se estremeciera. "Hielo", susurró él, su voz apenas audible. "Para enfriar tu piel caliente, para recordarte que incluso en la oscuridad, estás completamente a mi merced". El hielo se deslizó sobre su piel, dejando un rastro de frío que contrastaba con el calor de su cuerpo. Luego, sintió algo suave, como una pluma, rozando su piel. "Y esto", dijo él, "es para recordarte que incluso el toque más suave puede ser poderoso, puede hacerte sentir, puede hacerte desear".
Mientras el hielo y la pluma se movían sobre su piel, su padrastro comenzó a hablar, su voz baja y seductora. "Susana, ¿estás dispuesta a renunciar a tu identidad para convertirte completamente en mi esclava?" preguntó ...