Ana 4
Fecha: 14/08/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... totalmente desnuda. Su cuerpo era perfecto, pequeño pero completo. Todo lo que un hombre desea lo tenía en su metro sesenta y sus cuarenta y cinco kilos. Tetas firmes, piel blanca, sin imperfecciones, cara de niña inocente, pero gesto de puta experimentada. Piernas sensuales, y un culo para comer y chuparse los dedos.
Lo agarró dela mano y lo llevó al cuarto. Facundo nunca en la vida imaginó tanta felicidad. Ella se tiró a la cama bocabajo “haceme lo que quieras” repitió. El alumno se subió a la cama y le besó el culo. Le gustó tanto que tuvo que volver a hacerlo una y otra vez. Cuando notó que no iba a aguantar mucho para eyacular, la tomó del hombro y la hizo girara. Se sentó a su lado y apoyando suavemente la mano en la nuca de la profesora, sin mediar palabra, la direccionó hacia donde estaba su miembro hinchado. Ella se lo tragó entero, pero como quería que el chico disfrute, lo retiró y comenzó a darle besos suaves en el tronco y en las bolas. Luego sacó la lengua y comenzó a lamerle el glande, brindándole un placer doloroso. Facundo no pudo aguantar mucho. Ella recibió la leche en su cara, sabía que eso le encantaba a los hombres y quería brindarle a su amante el mayor placer imaginable.
Fue a lavarse la cara y encontró a facundo con un gesto de culpa y vergüenza por haber acabado tan rápido. “No te preocupes, la próxima vas a durar más”, lo animó. ...
... Comenzó a acariciarle el pecho y a darle besos, bajando despacio hasta llegar a su pene. Se lo metió en la boca y tras unas pocas lamidas, ya estaba erecto de nuevo. “¿querés el culo”?, preguntó, y sin esperar respuesta se puso en cuatro. Facundo apuntó y penetró. Fue brusco, pero por principiante, no por violento. Sentir su pija apretada dentro de ese hoyo, le proporcionó un placer asfixiante. Comenzó a embestir con más fuerza, mientras la espalda de ella se arqueaba y la cabellera dorada se sacudía. Ana resistía los embistes con facilidad. Él no lo sabía, pero estaba acostumbrada a cosas más grandes, sin embargo el tamaño de Facundo era ideal y le proporcionaba un placer que nunca sentiría con falos de adultos. El alumno retiró su pija con cierta dificultad y eyaculó en las nalgas de la profesora.
Al acabar por segunda vez comenzó a inspeccionar el cuerpo de Ana, centímetro a centímetro, conociendo cada uno de los lunares, besando todas sus partes, hasta llegar a la vagina. Entonces se detuvo ahí un buen rato. Ella le señaló el clítoris, y le enseñó cómo debía besarlo, con qué frecuencia, con qué intensidad. Facundo fue buen alumno, y luego de largos minutos de paciente trabajo la hizo estallar en un orgasmo.
Se quedaron abrazados hasta que se hizo la hora en que terminaba la clase, y luego se despidieron en el hall del edificio hasta la próxima semana.