Degustación Pública
Fecha: 27/09/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: AndyStories, Fuente: TodoRelatos
... decir una palabra. Y entonces nos besamos.
En medio de ese beso cargado de lujuria, recuerdo el momento exacto en que pasó de rozar mi muslo a acariciarme entre las piernas. Y también recuerdo que no me opuse. Que las abrí ligeramente y lo dejé entrar, con el corazón golpeándome en el pecho y los sentidos tan agudos que escuchaba las hojas crujir debajo de nosotros.
Poco a poco bajó a mi cuello, besándolo, como si supiera que eso me desarma. Me incliné sobre su cuello, para que pudiera sentir mi respiración y supiera lo bien que me lo estaba pasando. En respuesta, me buscó con los dedos. No dentro, solo sobre la tela de mi ropa interior, jugando con el límite, lo cual me volvía loca.
Mientras tanto, yo empecé a desabrochar su cinturón sin que se notara. Seguido de su pantalón, bajé su cremallera y metí mi mano para también acariciarlo por encima de su ropa interior, sintiendo cómo poco a poco su erección empezaba a crecer.
Su respiración también empezó a agitarse. Estaba haciendo bien mi trabajo, lo cual hizo que mis labios empezasen a humedecerse. Él lo notó, y dejó de besarme para mirarme a los ojos.
No dijimos nada. Ni una palabra. Solo respiraciones contenidas y miradas que hablaban lo que no podíamos gritar. Entonces decidió poner su mano debajo de mi ropa interior, y poco a poco meter uno de sus dedos. Yo solté un gemido ahogado, tratando de controlarme para que no nos descubriesen.
Yo buscaba su miembro desesperada, bajando su ropa interior y ...
... dejándolo expuesto, para después envolverlo con mi mano y empezar a masturbarlo. Lo que hizo que él aumentara la velocidad de sus dedos, lo cual me hacía retorcerme a su lado, luchando por no gemir en alto, únicamente soltando pequeños jadeos.
Su cara estaba desencajada del placer. Mi velocidad había aumentado hasta hacerlo cerrar los ojos. Fue entonces que decidió meter un segundo dedo, y solté un grito de placer que no pude contener. Para después, con su otra mano, tapar mi boca, evitando que hiciera más ruido. Pero no podía dejar de gemir. Su mano lograba apaciguar el ruido que estaba haciendo, todo esto mientras mis ojos lagrimeaban del placer. Escuchaba pasos lejanos, voces, bicicletas, etc. El mundo seguía allá afuera, pero él estaba en el mío. Y yo en el de él.
Aumenté la velocidad de mi mano, y sus jadeos aumentaban, cerrando los ojos para dejarse llevar por el placer. Sentía cómo poco a poco su tronco se hinchaba más. Él dejó de tapar mi boca, pero siguió tocando mi centro. Hasta que llegamos juntos al clímax.
Él terminó en mi mano, apretando los dientes para no gemir. Yo no pude evitar empapar sus dedos, con mis fluidos escurriendo por mis muslos, hasta llegar a la manta. Quedamos en esa posición unos minutos, con nuestras manos en la entrepierna del otro, chocando nuestras frentes y riéndonos de la situación.
Lo limpié con una servilleta, él hizo lo mismo, y las pusimos en la basura, como si todo hubiera sido parte del picnic. Nos levantamos, acomodamos nuestra ...