1. La playa, ella y yo


    Fecha: 28/09/2025, Categorías: Hetero Autor: Isaza Morales, Fuente: CuentoRelatos

    Era un 23 de mayo. El verano aún no había empezado, pero ya se empezaba a notar el calor y el anochecer se empezaba a retrasar según pasaban los días. Por aquel entonces, yo estaba quedando con una chica la cual me había presentado un amigo mío, nos conocimos y bueno, acabamos siendo “más que amigos”.
    
    Se llamaba Alicia, había emigrado desde Venezuela hacía unos años y tenía el pelo negro, los ojos marrones y una figura voluptuosa, la cual parecía que era cosa plenamente genética. Ya desde que la conocí me ponía como una moto, y a base de mucho machacar, logré conquistarla. Antes de este 23 de mayo ya habíamos tenido algún que otro encuentro, pero el de este día guarda un lugar especial en mi memoria.
    
    La invité a que pasáramos el día en una playa muy bonita que conocía en Asturias. Fuimos en mi coche, llegamos al pueblo, comimos algo y comenzando la tarde, bajamos a la playa. La playa en cuestión es un lugar un poco “abandonado”, ya que en su día no se pudo edificar cerca y el terreno quedó prácticamente virgen: una playa extensísima sin socorrista ni chiringuitos, en la que siempre hay poca gente y está principalmente destinada a gente que va allí a pasear con el perro o gente que practica el nudismo.
    
    Para estar más tranquilos y no tener que cruzarnos con gente exponiendo sus vergüenzas, decidimos ponernos en una zona bastante alejada de la entrada (no sé por qué, a partir de un punto de la playa la gente ya no se suele poner, y hay como una especie de “zona ...
    ... muerta”). Nos quitamos la ropa que llevábamos encima del traje de baño, extendimos las toallas y nos echamos crema recíprocamente en las zonas que no llegábamos. Primero me echó ella a mí en la espalda, sentándose en mis lumbares y dándome un pequeño masaje.
    
    Luego le tocó el turno a ella de tumbarse, se tumbó boca abajo y se deshizo el nudo de la parte de arriba del bikini. Yo me arrodillé a su lado y comencé a darle la crema de la misma forma que ella había hecho. En esto estaba cuándo de repente, noto que algo rozó mi pene: la mano de Alicia se había metido por una de las patas de mi bañador.
    
    Alicia: Uy uy uy, te estás empezando a poner contento
    
    Marcos: Jajaja, Alicia, por favor, que no me concentro.
    
    Alicia: Aquí no te has dado crema, eh? jaja.
    
    Yo seguí dándole la crema mientras ella me masturbaba, y cuándo acabé de darle la crema, la tenía como un mástil. Se levantó de la toalla sin volver a atarse la parte de arriba del bikini, me hizo tumbarme y me quitó el bañador.
    
    Primeramente, me siguió masturbando con las manos y posteriormente puso mi pene entre sus tetas y continuó con el mismo movimiento. Así continuó hasta que finalmente yo me corrí sobre su pecho. Tras esto, ella se levantó y me dijo: – “Vaya, mira cómo me has puesto. Voy a darme un chapuzón y así me limpio”- y se fue en dirección al agua. Yo esperé un minuto echado mientras recuperaba la compostura, y posteriormente fui hacia ella.
    
    Allí en el agua, fui entrando al agua, y ella al verme, empezó a ...
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