La playa, ella y yo
Fecha: 28/09/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Isaza Morales, Fuente: CuentoRelatos
... salpicarme para fastidiarme. Tras esto, me lancé corriendo hacia ella, y la hice un placaje, sumergiéndonos los 2 en el agua completamente. Tras salir a la superficie, nos reímos y comenzamos a comernos la boca. Su mano derecha fue a agarrar mi polla, mientras que mis manos estaban en su teta izquierda y en su vagina, hasta que ella se soltó y me susurró:” Ven, vamos a la toalla”.
Me llevó de la mano hacía nuestro campamento, y al llegar, se quitó la parte de abajo, quedando totalmente desnuda, y se quedó ofrecida boca arriba en la toalla. Me arrodillé y me introduje en su coño, pasando mi lengua alrededor de el hasta llegar a su clítoris, succionándolo suavemente, hasta que ella acabó estallando en mi cara. Me coloqué encima de ella e introduje lentamente mi pene en su vagina. Ella me rodeó con sus piernas, y comencé las penetraciones mientras nos fundíamos en un beso. Estuvimos así un rato, hasta que me apeteció cambiar de postura.
Me senté en una roca que había allí cerca y ella se sentó encima de mi polla dándome la espalda. Se penetraba ella misma mientras yo tenía mis manos en sus tetas. Me deleitaba viendo mi polla desaparecer tapada por su culo y con el tacto de sus tetas. Tras un rato, nos levantamos y decidí cargarla sobre mí. Ella rodeó mi cuello con sus brazos, y yo le introduje ...
... mi miembro y la agarré del culo, a la par que ella rodeaba mis caderas con sus piernas. Empecé lentamente, y tras oírla gemir en mi oído empecé a bombearla más rápido, a lo que ella me susurró:” Espera, no te corras todavía. Quiero montarte antes de que acabemos”.
Sus deseos eran órdenes para mí, así que me eché en la toalla y ella se montó encima de mí, introdujo mi pene en su orificio y comenzó a cabalgarme. Al principio lo hizo lento, y luego empezó a aumentar la velocidad. Se acercó a mi cara para darme un beso sin parar de moverse y tras esto me susurró:
Alicia: Que bien me follas, papi. Vamos, quiero que te corras para mí
Se incorporó a la vez que se colocó en pelo, y comenzó a gemir más fuerte, aviso de lo que se venía. Tras esto, moví mis manos de sus tetas hacia sus caderas y comencé a taladrarla más fuerte. Se volvió a acercar a mi oído y me dijo:
Alicia: Acabemos juntos, papi. Dale, córrete en mi coño. Quiero sentir como me llenas toda
Tras esto pasé mis manos a su espalda, acercándola hacia mí mientras soltaba sus últimos gemidos y yo vaciaba toda mi carga en su vagina. Estuvimos un rato en la misma posición, comiéndonos la boca hasta que finalmente nos dimos un último baño (para quitarnos la sudada que llevábamos), nos vestimos y volvimos a casa.
Un día inolvidable.