1. Juego de escondidas con mi primo


    Fecha: 05/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM Gays Incesto Autor: Dar1989, Fuente: SexoSinTabues30

    ... evidente bajo su short. Mi corazón empezó a latir con fuerza, nunca había estado en una situación así. Intenté ignorarlo, pensando que quizás era por los nervios, pero al mirarlo a los ojos, vi una una mirada distinta, una mirada de deseo que me desconcertó.
    
    Me volví a girar, y entonces sentí su mano tocar una de mis nalgas. Le dije, bromeando, «¿Se te perdió algo?». Él se acercó a mi oído y susurró: «Nada, solo que bajo la luz de la luna te ves muy lindo, y no puedo evitarlo». Mi piel se erizó al instante. Le pregunté, nervioso, «¿Qué no puedes evitar?». Entonces, tomó mi mano y la llevó hacia atrás, haciéndome tocar su pene erecto sobre el short, que se sentía duro al tacto. En ese momento, mi corazón parecía detenerse. Habían pasado unos tres minutos, y ya habían encontrado a algunos de los otros chicos. De pronto, escuché pasos acercándose. Me asomé y la que contaba vio nuestras cabezas por la ventana, así que tuvimos que salir.
    
    En la siguiente ronda, le tocó contar a un amigo. Mi primo me miró y, con un gesto de su dedo, me indicó que lo siguiera otra vez a la casa en construcción. Esta vez, nos fuimos detrás, donde había muchas plantas que nos ocultaban. Ahí, me susurró: «Veo que te gustó lo que sentiste y quieres más, ¿verdad?». Me quedé en silencio, sin saber qué responder. De repente, me dio un beso de lengua, intenso y apasionado, el mejor beso de mi vida. Yo, inexperto, no sabía cómo reaccionar. Luego, se levantó un poco, se bajó el short y, bajo la luz ...
    ... de la luna, vi su pene: unos 18 o 19 cm, grueso y ya con precum. Me quedé helado.
    
    Mi primo tomó mis manos y me pidió que lo masajeara. Sentí el calor y la humedad de su erección mientras lo acariciaba lentamente, subiendo y bajando. Él soltó un gemido suave y me besó de nuevo, esta vez con más pasión. «Vaya, besas increíble, rey», me dijo, y eso me encendió aún más. Sin pensarlo, mi boca se a su pene, que estaba húmedo, y comencé a chuparlo. Él gemía silenciosamente, claramente excitado. De pronto, me dijo con voz agitada que parara porque, siendo novato, lo estaba lastimando. Me sacó de su pene y me enseñó cómo hacerlo bien. Seguí sus instrucciones, y pronto me dijo que lo estaba haciendo genial y que no parara. Dos minutos después, me advirtió que estaba a punto de venirse. Me sujetó con fuerza, y sentí cómo un líquido caliente y delicioso bajaba por mi garganta. Asustado pero excitado, logré soltarme. Él, en voz baja, dijo: «Wow, Dariel, qué talento tienes para esto». Sonreí tímidamente.
    
    Luego, notó el bulto en mis pantalones y dijo: «Parece que tú aún no estás satisfecho». Se acercó, me besó de nuevo y comenzó a bajarme los pantalones. Lo empujé suavemente para detenerlo, pero él insistió: «No, no, los dos tenemos que quedar satisfechos». Me bajó los pantalones y el bóxer, y comentó: «Algo por aquí está por estallar». Mi pene, que entonces medía unos 12 cm, estaba erecto. Él lo tomó y comenzó a masturbarme con una destreza increíble sus movimientos eran seguros y ...