Karoline & Kiera Capítulo 8: El reencuentro - Relatos Eróticos

Karoline & Kiera Capítulo 8: El reencuentro

La vida en la nueva casa con Kai había dado a Ricky, o más bien a Karoline, una libertad que nunca había imaginado. Junto a Kai, como Kiera, podían ser ellas mismas sin miedo al juicio, explorando su sensualidad y apoyándose mutuamente en cada paso. La casa se convirtió en un refugio, un lugar donde la lencería, los tacones y los juguetes sexuales eran parte de su rutina, tanto en sus momentos privados como en los encuentros con clientes del pueblo cercano. El sótano, su "cuarto de juegos", era testigo de noches de placer compartido, risas y una conexión que iba más allá de lo físico. Karoline y Kiera no solo eran amantes, sino aliadas, cómplices en un mundo que habían creado juntas.

Sin embargo, un fin de semana, Kai recibió una invitación especial: un grupo de clientes extranjeros, hombres adinerados que buscaban una experiencia exclusiva, la habían solicitado para pasar tres días en una villa de lujo en otra ciudad. "Es una gran oportunidad, Karoline", dijo Kai, ajustándose un collar de cuero negro mientras empacaba. "Pero tú también deberías aprovechar el fin de semana. ¿Por qué no invitas a alguien… especial?" Su guiño travieso hizo que Ricky pensara en Víctor, su primer amor, el hombre cuya dominación tierna aún resonaba en su corazón.

Ricky dudó al principio. Había dejado atrás a Víctor para escapar del caos de su antigua vida, pero no podía negar que lo extrañaba: sus manos grandes, su voz grave, la forma en que lo hacía sentir seguro y deseado. Con el corazón ...

... latiendo con fuerza, tomó su teléfono y, tras un momento de vacilación, le escribió un mensaje: "Víctor, soy Karoline. Estoy en una nueva ciudad, en una nueva casa. Me encantaría verte este fin de semana, si quieres venir. Quiero mostrarte quién soy ahora." Para su sorpresa, la respuesta llegó en minutos: "Pequeño, no sabes cuánto he esperado esto. Mándame la dirección. Estaré ahí el viernes."

El viernes por la noche, Ricky se preparó con esmero. Quería que Víctor viera a la nueva Karoline, más segura, más audaz, pero aún con esa chispa sumisa que lo volvía loco. Eligió un conjunto de lencería que combinaba elegancia y provocación: un corsé de encaje negro con detalles de satén rojo, panties a juego que abrazaban sus caderas, medias de seda hasta el muslo y tacones altos que resonaban en el suelo de madera. Se maquilló con cuidado, aplicando delineador y un toque de gloss que hacía brillar sus labios. Cuando se miró en el espejo del dormitorio principal, sintió una oleada de confianza. Esta era Karoline, no solo una fantasía, sino una parte integral de quién era.

Víctor llegó puntual, y cuando Ricky abrió la puerta, el aire se cargó de electricidad. Víctor, con su cuerpo robusto y su pecho velludo apenas contenido por una camiseta ajustada, lo miró de arriba abajo, sus ojos oscuros brillando con deseo. "Karoline", murmuró, su voz grave enviando un escalofrío por la espalda de Ricky. "Estás… diferente. Más fuerte, pero igual de hermosa." Sin esperar respuesta, lo tomó por ...