Un anuncio cambió mi vida (2) - Relatos Eróticos

Un anuncio cambió mi vida (2)

No me conforme con su respuesta pero consideré que no debía seguir preguntando.

Marché y me dispuse a preparar algo para almorzar. Desde la cocina la podía ver echada en el sillón y fumando su cigarrillo. Me gustaba verla exhalar el humo de su boca. Lo hacía de forma lenta, con su boca a penas abierta. Hubiera dado lo que fuera por haber podido postrarme a sus pies, abrir mi boca y recibirlo.

Antes de poder contestar su mano se posó sobre mi culo, palpándolo de forma suave.

Ahora llevo el cigarrillo a su boca dejándolo entre sus labios para liberar sus manos y deslizar mi pantalón un poco hacia abajo y mirarlo.

Me ruboricé ante su pregunta.

Mientras hablaba su mano recorría mi culo acariciándolo y apretándolo con sus dedos, dándome pequeños pellizcos.

O podía concentrarme en el almuerzo. Mi pensamiento me llevaba a su culo, grande y hermoso.

No sabia qué responder. ¿Me estaba provocando?, ¿qué pretendía?, si por mi fuera me giraría y abrazando su cuerpo la desnudaría y la penetraría.

Ahora sus pellizcos eran más intensos. Sus dedos apretaban mis glúteos y los pellizcaba una y otra vez.

Sus manos se deslizaron por entre mi calzoncillo avanzando hacia adelante buscando mi polla que presentaba ya una erección considerable.

Una de sus manos atrapó mis huevos apretándolos y la otra se apoderó del tronco de mi polla deslizándose muy despacio arriba y abajo.

Ahora su mano iba retorciendo y estirando mis huevos y con su otra mano iba ...

... acelerando sus movimientos.

- No mi Señora. Le pertenezco por entero.

La mano que se encargaba de mi polla la dejó suelta y sacándola la llevó junto a mi boca mientras con la otra los retorcía más y más haciendo que me fuera agachando y arrodillándome ante Ella.

Tras sacar su mano de su boca la puso sobre mis labios.

Introdujo sus dedos chorreantes del líquido preseminal mezclado con su saliva dentro de mi boca. Los chupé con ansias. Sus dedos gruesos llenaban mi boca.

Ahora sus dedos entraban y salían de mi boca como si estuviera masturbándome.

Sacó la mano de mi boca y también la que retorcía mis huevos.

Se marchó dejándome en la cocina todo excitado y sin correrme. Ella recostada en el sillón daba caladas a su cigarrillo y me miraba sonriendo. Sabía perfectamente que me estaba provocando. Seguramente quería comprobar mi obediencia por lo que no cesó en sus acciones. Ahora se había remangado su bata dejando entrever sus muslos y dejando salir el humo de su boca de una forma muy lenta y pausada. Aquello hacía que mi polla estuviera a punto de correrse, me costaba mucho contenerme.

Preparé la mesa para el almuerzo y me acerqué a Ella, le di la mano, la acompañé y retirando la silla se sentó.

Le serví su almuerzo y cuando me iba a sentar para hacerlo yo …..

Cuando terminó de almorzar le acerqué el paquete de tabaco, le encendí un cigarro y esperé.

Me senté para tomar mi comida. Estando comiendo se levantó y se puso de pie a mi lado fumándose el ...