1. Descubrí que la ex de mi novia tenía rabo


    Fecha: 18/10/2025, Categorías: Transexuales Autor: AnaTrasera, Fuente: TodoRelatos

    ... palabra. La tomé con las dos manos y le pasé la lengua desde la base hasta la punta. Gozó el gesto, echando la cabeza hacia atrás.
    
    Sí, soy bisexual, aunque la mayoría de mis relaciones han sido lésbicas y en los últimos años podría decir que el 100% de los polvos que he echado, ha sido con chicas. Se ve que me tira más una almeja, que una salchicha, o como dirían en mi pueblo… soy más de pescado, que de carne.
    
    Así que cuando vi el paquete de Clara, no me lo pensé y me lancé a por él.
    
    —Demuéstrame que eres mejor que mi ex —me susurró.
    
    No necesitaba más incentivo. Metí su polla ya dura en mi boca. Empecé despacio, recorriéndola entera con los labios, succionando la cabeza mientras le acariciaba los huevos. Luego fui más profunda. Sentía cómo su verga me llenaba la garganta. Me agarró del cabello y empezó a marcar el ritmo. Estaba completamente en sus manos, y me encantaba.
    
    —Así, tragona… —jadeó—. Me vas a hacer correrme…
    
    No dejé que lo hiciera. Me aparté a tiempo y la miré con picardía. Ella entendió el mensaje. Me empujó contra el sofá, se colocó encima y empezó a frotar su polla entre mis labios húmedos. Estaba tan mojada que se deslizaba sin esfuerzo.
    
    —¿Quieres que te la meta, zorrita?
    
    —Hazlo —gemí—. Métemela ya.
    
    Clara se acomodó mejor, tomó su polla y me la fue metiendo poco a poco. Sentí cómo me abría, cómo me llenaba centímetro a centímetro. Era gruesa, no recordaba haber visto nunca una polla tan gorda como la de ella. Me dolía un poco, ...
    ... pero el placer lo compensaba todo. Cuando ya estaba entera dentro, me abrazó y empezó a moverse.
    
    Al principio, despacio. Luego más fuerte. Me follaba como si me conociera desde siempre. Con fuerza, con ritmo, con maldad. Me cogía del cuello, me mordía el labio, me decía cosas sucias al oído. Yo me aferraba a su espalda y le pedía más. Me sentía usada, deseada, absolutamente suya.
    
    —Eres una puta deliciosa —me repetía—. No entiendo cómo mi ex te dejó sola.
    
    Me cogía con fuerza, sin parar, sin piedad. Cambiamos de posición. Me puso de rodillas sobre el sofá y me la metió desde atrás. Me agarró de las caderas y empezó a bombear con más violencia. Mi culo chocaba contra su pelvis, haciendo un sonido húmedo y obsceno.
    
    —Tu culito está pidiendo leche —dijo con voz ronca.
    
    —Llénamelo… —contesté sin pudor.
    
    Sentía que me iba a correr otra vez. Estaba a punto cuando ella se detuvo, salió de mí y me obligó a girarme.
    
    —Trágatela otra vez. Quiero correrme en tu boca.
    
    Me arrodillé frente a ella, abrí bien la boca y la chupé como una desesperada. Clara empezó a jadear, a tensarse, y finalmente se corrió. Un chorro caliente llenó mi boca. Lo tragué todo. No dejé escapar ni una gota. Luego le limpié la punta con la lengua, mirándola a los ojos.
    
    —Eres una adicción —dijo—. No sé cómo tu novia te deja sola.
    
    Nos recostamos en el sofá, sudadas, desnudas, respirando agitadas. Me acarició el pecho, el cuello, y volvió a besarme.
    
    —Esto se va a repetir, ¿verdad? —me ...