Mi primera vez con un Amo (7) - Relatos Eróticos

Mi primera vez con un Amo (7)

Al salir monté en el maletero del coche y nos dirigimos a la casa de mi Señora. Llegamos y se abrazaron y besaron.

Abrieron el maletero donde estaba acurrucado y desnudo y tiraron de mi. Se sentaron en el salón uno al lado del otro dejándome en el suelo y en el lugar que me correspondía, sobre el strapon.

Con sus manos cogió mis pezones tirando de ellos.

Me llevaron a cuatro patas a la habitación. Allí me ordenaron permanecer de pie mirándoles mientras se acomodaban en el sofá. Se encendieron un cigarrillo.

Mi Señor se levantó y me llevó a la cruz dejándome inmóvil y colocando la barra entre mis piernas.

Ella se levantó dándole varias caladas al cigarrillo. Se acercó a mí y me enseñó su cigarrillo. Echó la ceniza en mi boca dejándolo preparado.

Acercó el cigarro a mis pezones rozando con él las puntas que con el calor se hincharon y se fueron endureciendo. Cada vez el roce del cigarrillo era mayor. Daba caladas a su cigarrillo antes de aproximarlo una vez más a los pezones. Mi Señor se levantó colocándose tras Ella, la rodeó con sus brazos despojándola de su ropa hasta dejarla desnuda y solo con sus zapatos de tacón fino. Acariciaba e iba pellizcándole todo su cuerpo. Su polla, ya erecta, se coló entre sus piernas hasta tener la punta frotando su clítoris. El placer de Ella hacía que la tortura de mis pezones fuera en aumento.

Las manos de Ella cogieron su polla y la llevo a su culo separando sus glúteos.

La polla de mi Señor se fue abriendo paso ...

... entre sus glúteos hasta introducirse por completo en él. Sus penetraciones fueron en aumento haciendo que tras darle una calada lo arrojara al suelo y se encendiera otro que pegó a mis pezones, quemándolos.

El dolor era brutal, su cigarrillo no se separaba de mis pezones nada más que para irse de uno al otro. Mientras lo tenía pegado a ellos volvía a darle unas fuertes caladas que hacían que se encendiera aún más haciendo de su tortura algo desconocido para mí.

Sabía que su orgasmo estaba llegando porque su cigarro ya no solo lo pegaba sino que lo aplastaba con sus dedos en uno de mis pezones.

Mi Señor se corrió muy fuerte en el culo de su amiga, se separó de Ella y cayó exhausto en el sillón llevándose a Ella consigo. Mientras la quemazón de mis pezones se hacía cada vez mayor ellos se besaban y acariciaban sus cuerpos.

Mi Señor se levantó y me soltó de la cruz.

Con mis manos tapando los pezones para evitar cualquier roce con ellos me coloqué en el suelo, levante sus piernas y vi como de su culo salía el líquido blanquecino de la corrida de mi Señor. Abrí mi boca y dejé que todo cayera en ella. Ella hacía contracciones de su culo para que no quedara nada en él. Después me acerqué a mi Señor y metiéndome toda su polla, aún erecta, en mi boca la chupe y limpié para su satisfacción.

Tiró de la correa para que me tumbara en el suelo y hacer de alfombra para Ella.

Los pies de Ella se posaron en mi cuerpo pero no solo así sino que se dedicó a frotarlos sobre mis ...