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Ella probando mi licor
Fecha: 23/10/2025, Categorías: Sexo Oral Autor: Cielo del Norte, Fuente: CuentoRelatos
Esto pasó hace unos años, en verano. Una de esas tardes de agosto había quedado con mi amiga Sara en su casa, sus padres andaban de vacaciones. Solíamos oír discos y beber un licor que ella traía de su pueblo, riquísimo, por cierto. La idea era salir esa noche por ahí a una discoteca del centro, de hecho, nos habíamos arreglado para ello, pero antes sacó la botella del maravilloso licor para entonarnos antes de la juerga. Lo mejor de ese licor era que entraba muy bien, era muy dulce y suave y cuando te querías dar cuenta te habías bebido la botella, pero te ponía muy chisposo sin provocar una mala borrachera o mal cuerpo. Por ello digo que era maravilloso. Empezamos a echarnos vasos y vasos y en efecto la botella se quedó vacía en un rato, mientras oíamos sus discos de música siniestra. “Buf tía, ha caído la botella, ya verás tus padres que bronca te echan” dije yo la mar de chisposo. “Bah, mis padres traerán otras tantas así que no van a echar en falta una, además para eso está, para bebérselo, esencia de mi pueblo jajaja” respondió ella riendo y muy chisposa también. “Bueno” dije yo, “creo que estamos listos para irnos de fiesta ¿no?” Era mi plan verdadero y no había pensado en nada más, lo juro. “Esperemos un rato, a que nos suba bien el licor y te pongo un disco que quiero que oigas” dijo ella sin moverse del sitio. El caso es que se había hecho tarde, y se estaba genial en su casa así que no me importo esperar y poco a poco me iban entrando ganas ...
... de quedarnos allí con nuestro puntillo y de risas. Ella pareció leerme la mente porque dijo: “mira, ya es muy tarde y estamos aquí muy a gusto. ¿Nos pasamos aquí la noche mejor? Ahorramos pasta y estamos más tranquilos”. “Por mi estupendo, no tendrás más licor ¿verdad? pregunté interesado. “jajaja que va tío, era la última botella, ¡hay que mantener este puntillo como sea!” dijo entre risas. Nos tumbamos en su cama, cara a cara, era muy estrecha (la cama digo) y seguimos hablando. De repente nos quedamos callados, y estallábamos de reír, el licor estaba en su máximo efecto. La música que sonaba era tremendamente oscura y erótica, y el calor veraniego más el efecto del licor hicieron el resto. Sin casi darnos cuenta nos estábamos morreando, primero suavemente y de nuevo nos entraba la risa tonta, como niños. Pero poco a poco fuimos perdiendo los papeles y ya que habíamos llegado a ese punto daba igual, así que se echó sobre mí y me comió la boca salvajemente mientras yo agarraba fuerte su culo a través de sus ceñidos vaqueros, apretándola contra mí. Me excité muchísimo, no esperaba que pasara esto, así que entre la sorpresa y la situación en si estaba de lo más caliente. Era delicioso el gusto a licor que compartíamos en nuestras bocas, empecé a subirle la camiseta despacio, eso la hizo ponerse más salvaje aun y comenzó a descender por mi cuerpo, levantó la mía y lamió mi pecho, mis pezones, mi vientre… y se detuvo preguntándome: “¿puedo bajar… más?”. La ...