El tatuado Parte 6 - Relatos Eróticos

El tatuado Parte 6

... me parecía un comentario demasiado irónico y sofisticado viniendo de él.

_Tú lo tienes fácil, pero cuando tienes una familia_

_Puedo conseguir un sitio, un piso en el que estoy trabajando, igual me comes la polla y ya_

_No lo sé, estoy hecha un lio, no sé si podré continuar con esto_ escribía Adriana, frente a mí, los dedos agiles moviéndose por el móvil, la mujer de Tinder que yo había creado en cuerpo y alma, materializada al lado mío.

_Solo me comes la polla y ya está…._ decía él, insistente, dispuesto a tenderle la trampa.

_No creo que pueda verte esta semana_ le puso ella.

Ese fin de semana yo debía partir a Bilbao al dichoso congreso de psiquiatría, no tenía ganas de viajar, pero era un compromiso que no podía delegar.

Tampoco la idea de que Adriana fuera a las sierras, sola con las niñas me hacía la menor gracia, no sabía que haría ella.

Entonces ese jueves por la tarde recibí un mensaje de Germán.

_Estoy hasta los cojones de esta tía, hoy voy a la puta galería de arte esa y le pongo una navaja en las costillas y me la llevo pa’ casa_

De pronto el mundo me dio vueltas en la cabeza, pensé en llamar a la policía, no estaba en los planes que Germán enloqueciera de ese modo.

El mensaje era de una hora atrás, yo estaba con un paciente y no había podido responder.

_No hagas una locura, tranquilo, no vale la pena_ escribí pero no obtuve respuesta.

Entonces llamé a Adriana, no cogió la llamada.

_Cariño, ten cuidado si ves a ...

... German, no te quedes sola con él, tal vez este armado, con una navaja_

Ella no leyó el mensaje.

Comencé a preocuparme, llamé a la galería de arte, hable con Claudia, mi esposa ya se había marchado.

Cogí el coche, fui hasta la casa de German, me paré en el portal de su edificio, pensé en llamar a la policía ¿pero qué decirles?

Ya estaba desesperado, entre tanto había pasado casi una hora más.

Entonces recibí un mensaje de Adriana.

_Estoy bien, no te preocupes, haz dormir a las niñas, tal vez vuelva tarde_ escribió

_ ¿Estás con Germán?_ escribí

No tuve respuesta, pero vi que ella había leído este último mensaje.

Llegué a casa, me costaba seguir la penosa conversación con mi suegra o jugar con las niñas.

Dije que Adriana había quedado con una amiga.

¿Estaba follando con Germán?

_Que suerte tienes de viajar a Bilbao este fin de semana_ decía mi suegra

_Si pudiera me iría contigo_

_ ¿Qué?_ dije

_Que si pudiera, iría contigo_ decía mi suegra, pensé si Adriana se veía así a los 64 años.

En realidad mi esposa tenía rasgos más parecidos a su padre.

Luego de que mi suegra se marchara, di de cenar a las niñas, jugué un poco con ellas y las hice dormir.

Y luego me dispuse a esperar. Eran las once de la noche cuando escuche la puerta del piso.

Adriana caminó apresurada hasta mí, parecía una especie de fantasma pálido.

Pero bien podía ser una mujer regresando a su casa luego de una jornada larga de trabajo.

_ ¿Estás bien?_ ...