1. La pequeña hija de Zelma


    Fecha: 26/10/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Hetero Incesto Autor: DonPeperino, Fuente: SexoSinTabues30

    ... estrecho anillo con sus dedos, sus gruesos labios de mujer morena apretaba mi glande y me decía: «Así se siente la conchita de una nena»
    
    No daba crédito, mi dedo en la entrada de esa vaginita sentía muy similar a lo que me hacía Zelma con su mano y boca. La nena disfrutaba de mi dedo en la entrada de su vaginita aunque no le hacía fuerza para meterlo.
    
    Fue cuando la nena encontró un movimiento rítmico de su caderíta y solita se daba placer empujando ella su vagina contra mi dedo.
    
    Al verle la cara de placer a la niña y sentir los apretados labios de su madre en mi verga eyacule como nunca.
    
    Todo terminó enseguida después.
    
    Zelma tomó una toalla y se secó su concha, dijo:
    
    «Como me haces mojar papito…. no me mojaba así desde que era niña y jugaba con el marido de mi madre»
    
    Zelma se vistió y vistió a la niña apurada, dijo que se iría porque su marido sospecharía.
    
    Pasaron algunos días que no las vi, en un momento que pasó, me dio una carta escrita a mano explicando que el marido sospechó o alguien le dijo algo.
    
    Un día sin previo aviso llegaron, me dijo que ella se movía con la niña para sugerirle al marido que no iría a verse con alguien con la hija en brazos.
    
    Fue casi rutina que ella siempre se bañara ...
    ... antes de irse y que me dejara la nena desnuda en la cama mientras se bañaba ella. Luego se marchaban.
    
    Cada día la niña jugaba con mi vega durante el tiempo que Zelma se bañaba. Siempre me dejaba a punto de eyacular, sin lograr hacerlo.
    
    Pasaban las semanas. La nena cada vez se calentaba más intenso. Aprendía a tocarme mejor la verga, ya no rechazaba el sabor de mi verga dándome pequeñas mamadas cada vez más largas.
    
    Como siempre teníamos para su madre algún lubricante gel con anestesia para el ano, siempre le ponía un poco y logré que desarrolle lindo gusto por el dedo en su anito. Pero yo nunca alcanzaba a acabar.
    
    El Día que mi dedo entró en su vaginita por primera vez, ella se sorprendió, y de pronto se tragó mi verga casi con desesperación.
    
    Todo indicaba que ella estaba teniendo un orgasmo, y gemía con la verga en su boquita.
    
    Eyacule dentr de su boquita, parte la tragó y parte cayó en mi abdomen. Fue inviable que Zelma note mi esperma en parte de las manito y cara de la nena. también en mi abdomen.
    
    Zelma solo dijo:
    
    «Tú, como me recuerdas al marido de mi madre…. nadie me cogió hasta ahora tan rico como me lo hacía él»
    
    Poco a poco fui enterándome quien era aquel hombre Francés que le dio tanto amor a Zelma. 
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