1. Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (7)


    Fecha: 10/02/2019, Categorías: Erotismo y Amor Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... de un ser humano y, para mejor, de un ser humano tan jovencito, tan tierno y tan ambiguamente hermoso.
    
    Por orden del ingeniero Alex había trepado a la cama y estaba en cuatro patas entre las piernas del viejo, listo para practicarle una mamada. De pronto sintió el inconfundible contacto de unos dedos envaselinando su orificio anal y muy poco después la igualmente inconfundible presión de un glande que pugnaba por entrarle.
    
    -¡Vamos, nene, a chupar! –le ordenó el ingeniero con una ronquera propia de la calentura y entonces se aplicó a cumplir con la tarea. Fue cuando tuvo esa verga dentro de la boca que sintió el dolor que conocía muy bien, ese dolor intenso de los primeros centímetros y que, como de costumbre, fue atenuándose a medida que la verga del doctor iba penetrándolo más y más. Por fin la tuvo toda adentro y sintió alivio ante la prácticamente completa desaparición del dolor y en cambio el enseñoramiento de ese placer que ocupaba su culo, todo su culo mientras sentía los huevos del doctor repiqueteando sobre sus nalgas a cada ir y venir de la pija. Sumergido en ese intenso goce detuvo el quehacer de su boca y se sobresaltó ante el grito imperioso del ingeniero:
    
    -¡Chupá, mocoso de mierda! ¡chupá, carajo!
    
    -Sí… Sí, señor, perdón… ya… ya chupo… -articuló asustado y dificultosamente con la verga en su boca.
    
    -¡Hay que castigarlo por haberse distraído!. –dictaminó Ligia y se colocó al lado del chico, junto a su cadera izquierda, para comenzar a nalguearlo ...
    ... con fuerza. La iniciativa de la mujerona encontró la aprobación exaltada de los tres Amos e incluso el doctor echó un poco hacia tras su torso para facilitar la sorpresiva y por cierto excitante paliza. Alex era un fuego por dentro y sentía la piel erizada de la cabeza a los pies. Respiraba dificultosamente por la nariz sin dejar de chupar y lamer esa verga dura y enorme dentro de su boca que pronto se vio inundada de semen. Apenas un segundo después tres chorros de leche le llenaban el fondo del culo mientras tragaba hasta la última gota el tributo lácteo del ingeniero para después, mientras Ligia le daba los últimos chirlos, estallar en un grito estentóreo y prolongado, liberador de tanta tensión.
    
    El aquelarre sexual siguió por un tiempo más, hasta que los tres vejetes hubieron gozado cada uno del culo y la boca del jovencito. Saciados y exhaustos se quedaron dormidos, el ingeniero y el doctor en la cama, el escribano sobre la alfombra.
    
    Apenas Ligia y el chico salieron de la habitación la mujerona le dijo mientras lo llevaba del brazo:
    
    -Te conozco bien, putito, y sé que estás hirviendo y con ganas de masturbarte. ¿Me equivoco?
    
    Alex tragó saliva y dijo mirando al piso:
    
    -No… No se equivoca, señora…
    
    -¿Entonces?
    
    -No entiendo…
    
    -Quiero escucharte, nene putito.
    
    Alex comprendió lo que el sadismo de la mujerona reclamaba y murmuró:
    
    -Le… le pido permiso para… para masturbarme, señora…
    
    Ligia aspiró largamente por la nariz, complacida y excitada ante la ...