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Castigo II
Fecha: 02/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM Gays Incesto Autor: Remaster64, Fuente: SexoSinTabues30
Dolores y Robert se miraron a los ojos cuando este ultimo entró al cuarto sudado y desnudo. La mujer se limitó a leer su revista mientras su esposo entraba al baño a ducharse. El sonido de la regadera se escuchó por unos minutos hasta que Robert salió del baño. Sus músculos relucían ante la brizna de agua que todavía mojaba su piel canela, sus ojos pardos se entrecerraban con seriedad mientras sus pestañas abundantes cubrían su vista en cada parpadeo. Robert era alto y grande, parecía un oso lleno de musculo y grasa que caminaba a su alrededor como un animal al acecho. Las cejas del hombre se fruncieron al recordar el castigo que le habia dado a su hijo, pasó su mano derecha por sus genitales rascando sus bolas. Dolores dejó su revista a un lado al ver a su esposo darle la espalda y buscar su ropa de dormir en el armario del cuarto. La mujer no pudo evitar suspirar al ver rasguños en la piel de su esposo, sabía que su hijo no soportaria un castigo como ese, sin embargo, lejos de sentirse asqueada, dolores se sentía aliviada. Robert era un hombre demasiado salvaje para sus estándares. Nacido de un pueblo rural con ideas arcaicas sobre los roles en la familia, hacían que Robert fuera una bomba de tiempo, eso sumado a lo que sabía ella de la vida pasada de su esposo, solo hacía que tuviera miedo a veces de la seguridad de sus hijos, en especial de su hija menor. «Estoy agradecida de que el castigo haya caído al hijo mayor. Es un hombre y podrá soportar ...
... lo que su padre le haga», pensó la madre llevando una mano al pecho. Ella se sentía mal por pensar de esa manera, pero solo ella sabía lo que pasaría a partir de ahora. Ya estaba lista para esta conversación. Tomando aire para hablar, Dolores dirigió su mirada de nuevo al cuerpo de su esposo. El hombre estaba ya vestido usando solo un bóxer blanco. La barba y el bigote del hombre se movía al conferir una mueca y su ceño fruncido intimidaba mucho. Sus dos pectorales hinchados estaban cubiertos de una mata de pelo negro como el aserrín mientras dos pezones descansaban erectos a su costado. —Cariño, debemos hablar —dijo la mujer. Robert miró a su esposa con un aire amenazante, sin embargo se limitó a caminar a la cama con parsimonia. Robert se acostó en la cama junto a su esposa y sin mediar palabra la tomó en sus brazos para besarla. Ambos se fundieron en un beso largo y caliente hasta quedarse sin aliento. Se miraron con un amor compartido y se sonrieron. —No pienso quitarle el castigo. Él tomo esta decisión y sabes lo que pienso sobre esos temas —habló Robert con voz ronca. Dolores negó con la cabeza volviendo a besar a su esposo. La barba y el bigote le picaba los labios, pero ella no se apartó. —Lo entiendo, cariño. Solo queria que hablaramos de lo que haremos a partir de ahora. No puedes esperar que deje que castigues a nuestro hijo sin más —dijo Dolores entre besos. Robert bajó sus manos hasta las nalgas de su esposa y las apretó ...