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Castigo II
Fecha: 02/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM Gays Incesto Autor: Remaster64, Fuente: SexoSinTabues30
... como solo un semental sabía hacerlo. Su primogénito parecía cohibido en lo que estaba pasando y Robert frunció el ceño. —No puedo castigarte si nisiquiera eres consciente, hijo de puta. Robert besó los labios de su hijo, mordiendolos para sacarle sangre y hacer que reaccionara. Su hijo mayor volvió en si por el nuevo dolor en sus labios, el picor en su rostro era incomodo mientras sentía el sabor de la saliva espesa de su padre en su boca. El aliento añejo golpeando sus papilas gustativas y la lengua adulta meterse en sus labios para robarle el aliento. El adulto joven miró a su padre a los ojos. El color pardo en el iris de su progenitor era salvaje y altivo, no parecia un padre cuidando de su hijo, sino un hombre bajo sus más oscuros instintos sometiendo a otro. Aquel razonamiento hizo que algo dentro del hijo se rompería. «Para mi padre no soy más que una hembra. Quería creer que el castigo terminaría pronto, que al ser su hijo me perdonaría, pero el verdadero castigo es que nunca volvere a ser su hijo querido», pensó el hombre joven, lagrimas cayeron de sus párpados manchando su rostro. Entendiendo finalmente eso, dejó que su padre hiciera lo que quisiera con él. Ahora le pertenecía. El hijo correspondió el beso de su padre con la misma fiereza con la que lo estaban follando y algo dentro de Robert se encendió. La adrenalina y la testosterona tomaron posesión de sus sentidos mientras Robert se sentía cautivado por una nueva ...
... experiencia. Sus embestidas pasaron de ser constantes a volverse erraticas, a veces se quedaba quieto con su polla ensartada hasta el fondo en el culo de su hijo y otras veces lo follaba tan rapido que sus pieles se ponían rojas. Ambos adultos se comían la boca sin dar tregua al otro, Robert se sentía eufórico. —¡Asi, hijo de puta!, ¡Demuestrale a tu padre lo que eres!, ¡Mi zorra, mi puta!, ¡Besa a tu hombre y muestrame como te gusta montar mi polla! —¡Papá!. Los gemidos de ambos hombres fueron audibles y rápidamente llenaron toda la casa con sus jadeos. El sonido de pieles chocando hacía eco en las paredes y el calor en la habitación era un infierno. Ambos sudaban profusamente y el olor en sus cuerpos era nauseabundo, sin embargo, a ninguno le importaba. Robert quería castigar más fuerte a su hijo y su primogénito finalmente estaba de acuerdo. —Dilo, hijo. Di que eres mi puta, que soy tú hombre. Tu semental y tu mi yegua. El primogénito dejó los labios de su padre y lo miró a los ojos, ambos parecian perdidos en sus nuevos sentimientos. La tristeza del hijo al convertirse en una puta para el disfrute del hombre que le dio la vida y la lujuria del padre que finalmente veía a su hijo como su nuevo juguete sexual. Con la mirada decaída y lagrimeando, el hijo habló. —Soy tu puta, papá. Siempre lo he sido. Mi culo es solo para ti y para lo que pidas. Adoro montar tu polla gruesa, tan gorda y venuda para mí. Eres mi semental y yo soy tu yegua, la que quiere ...