1. Obsesión (2)


    Fecha: 02/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: ElPecado, Fuente: CuentoRelatos

    ... Santi, cógeme como en tus historias —jadeó, acomodando su pene con su mano, guiándolo hacia su entrada, hacia sus pliegues húmedos y calientes que ya rozaban la punta de su verga.
    
    Santiago, consumido por años de deseo reprimido, la penetró desde atrás con una embestida profunda, su pene se deslizó dentro de su vagina, el calor de sus paredes lo succionaban, sus pliegues abiertos lo envolvían, sus jugos lo empapaban.
    
    —¡Dios, Andrea, eres perfecta! —gruñó, sus manos abandonaron sus senos para tomar su cintura, empujándola hacia él, sus nalgas chocaban con sus muslos, el sonido húmedo resonaba como aplausos. Ella colocó sus manos en el estante para no caerse, sus nalgas temblaban con cada embestida, sus gemidos resonando como nunca.
    
    —¡Santi, cógeme más, no pares!
    
    Las embestidas eran salvajes, su pene entraba y salía, mientras los jugos de ella escurrían por sus muslos. Santiago la nalgueó con fuerza, el sonido seco se amplificó por las paredes, su piel se enrojecía, marcas rojas aparecían mientras ella gritaba.
    
    —¡Sí, Santi, nalguéame! Su cuerpo se arqueaba, sus senos rebotaban, sus pezones rozaban el estante, mientras sus dedos se deslizaban a su clítoris, frotándolo con una furia que hacía temblar su cuerpo.
    
    —Llevo casi toda mi vida soñando con esto —gimió Santiago, mientras sus manos apretaban su cintura, sus embestidas se hicieron más profundas, su verga pulsaba dentro de ella—. Cada historia, cada orgasmo, eras tú, Andrea.
    
    Ella convulsionó, un chorro ...
    ... cálido de sus jugos empapó el suelo, sus gritos invadieron el lugar.
    
    —¡Santi, me vengo!
    
    Su vagina se contrajo alrededor de su pene, succionándolo, mientras él explotaba, chorros calientes de semen, inundaron aquella panocha que tanto había deseado, goteando por sus muslos, sus nalgas temblaban contra él. Se desplomaron contra el estante, sus cuerpos estaban sudorosos, empapados, el almacén quedó lleno del aroma de sus fluidos, de sus respiraciones agitadas, mezclándose con el sonido de la lluvia.
    
    Andrea, jadeando, giró la cabeza, sus labios rozaron los de él.
    
    —Quiero que me cojas otra vez, Santi. Como en tus historias.
    
    Santiago, con el pene aun palpitando, la besó, su lengua saboreó sus labios, con la promesa de más. Pero en el fondo, sabía que este momento, este cruce de la línea, los había cambiado para siempre, y la sombra de Iván, con su mirada posesiva, acechaba en el horizonte.
    
    —Santi, penétrame otra vez —jadeó, mientras se apartaba, sus nalgas se menearon al caminar hacia el mostrador de la tienda, su vagina con los pliegues rosados abiertos goteaba sus jugos y el semen de Santiago.
    
    Se subió al mostrador con una gracia felina, este crujió bajo su peso, y con un movimiento deliberado, abrió sus piernas, levantándolas en alto, sus manos sostuvieron sus muslos tonificados, exponiendo su vagina, brillante, húmeda, como una flor en plena floración.
    
    —Métemela, Santi, cógeme como siempre soñaste —suplicó, sus pechos voluptuosos rebotaron ligeramente, sus ...