Valentina y Tatiana (segunda parte) - Relatos Eróticos

Valentina y Tatiana (segunda parte)

Don Carlos era un cuarentón de estatura y contextura normal, de piel clara y ojos marrones claros, se conservaba bien físicamente y era algo atractivo, hacia ejercicios regularmente y le gustaba comer sano, era una persona muy amable e inspiraba confianza. También era inteligente y bastante astuto, era calculador y siempre pensaba a futuro, lo que le valió tener una muy buena situación económica.

La tienda que tenía no estaba en un lugar muy concurrido, por lo que no tenía muchos clientes; pero eso estaba en sus planes, ya que la clientela a la que apuntaba eran niños, específicamente niñas, por lo que había acondicionado la misma para ese fin; tenía juegos tragamonedas, máquinas de juegos y máquinas expendedoras de golosinas.

Dentro de la tienda tenía un ambiente que había acondicionado como almacén, había un estante con cajas y productos para supuestamente vender, así como un televisor, un play y un mueble bastante cómodo y amplio para sus encuentros con alguna jovencita.

Después de que las niñas aceptaran ayudarle, las llevo al almacén y le indico lo que tenían que hacer, que era básicamente limpiar un poco del polvo, barrer y acomodar los objetos en los estantes, le dio el control de la tele a Valentina y le dijo que si querían la podían prender y poner lo que quisieran, luego de eso salió del almacén hacia la tienda dejando a las niñas.

Ya en la tienda Carlos saca su móvil y mediante el aplicativo se pone a ver la cámara que había en el almacén, y todo ...

... estaba como era de esperarse, las niñas habían prendido la tele y habían puesto videos musicales, y mientras estaban limpiando también se ponían a bailar, básicamente lo que haría cualquier niña de esa edad.

Pasados 10 minutos Carlos entra al almacén para ver cómo va todo, las niñas ya habían terminado y estaban sentadas en el mueble mirando videos de YouTube en la tele, Carlos se hace un espacio y se sienta en medio de ambas.

No lo había mencionado anteriormente, pero las niñas llevaban casi 2 mese yendo a esa tienda, y Carlos ya había agarrado cierta confianza con ellas, en varias ocasiones había posado sus manos en los hombros de las niñas, algunas veces las había agarrado de la cintura desnuda entre otras caricias, y todo esto con la complacencia y consentimiento de ellas, por lo que Carlos pensó que las pequeñas ya estaban listas para algo más.

Buen trabajo niñas, se ve que son buenas limpiando—les dice al mismo tiempo que les da palmadas en las piernas.

Me pregunto para qué otras cosas serán buenas—les dice con doble sentido, para ver la reacción y respuesta de las niñas, al mismo tiempo que agarraba las piernas de las nenas.

Somos buenas para todo don Carlos—responde coquetamente Valentina, a la vez que se miran con Tatiana y ambas empiezan a reír efusivamente.

Mira pero que niñas tan atrevidas—les responde alegremente Carlos, a la vez que empieza a hincar las costillas de ambas con la intención de hacerle cosquillas.

Tatiana se hizo un ovillo en el ...