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Ay, Humberto que rico eres
Fecha: 10/02/2019, Categorías: Gays Autor: Ernesta, Fuente: SexoSinTabues
... sabe lo que hace, es delicioso, nunca había sentido tanto gozo, me tenía vuelta loca, su lengua sigue sobre mi hoyo, deja caer unas babas para que mi hoyito pueda soportar lo que se avecina, permite que me de vuelta, bajo desesperada hasta su pichula, me la meto en la boca, la saco, lo masturbo, beso su cabeza enorme, la vuelvo a saborear, es deliciosa, toma mi cabeza y me la introduce casi completa, me ahogo, pero estoy dispuesta a seguir con aquel juego violento, me gusta, desde hace mucho lo deseaba, soy una perra, su perra. Me toma del pelo, quedó apoyado en el sillón con el culo parado y las rodillas en el suelo, se acomoda, entonces introduce su pico en mi ano, lo hace suavemente, pero con firmeza, no hay dudas de quien domina la situación, siento esa cabeza entre morada y rosada abrirse camino, el tronco ingresa casi todo, trato de tocar su carne para ver si era cierto, no alcancé a confirmarlo, comenzó a moverse inmediatamente, no esperó por una dilatación, simplemente fue al grano, mi poto ya estaba abierto y su pico lo había hecho, sentí que partía el culo, era un bombeo delicioso, rápido, fuerte, sin miramientos, me quejaba al principio, pero el tapó mi boca con una de sus manos, con la otra intentaba acercarme a él, me besaba el cuello, era muy rico sentir aquello, su pene en mi interior llegaba al fondo y salía con la misma rapidez, para repetir la fórmula un montón de veces, mis pies se arqueaban levemente, denunciando mi manera de disfrutar aquel momento, ...
... tremendo macho el que me culiaba, lo habíamos hecho en varias oportunidades y esta era la mejor. Mi pene pequeño estaba durísimo, clamaba por arrojar su contenido, no toco ese miembro inútil de mi cuerpo cuando estoy en acción, pero ahora se me hacía irresistible la masturbación, tenía cerrado los ojos, nuestro sudor se fusionaba sobre mi espalda, a ratos me acariciaba el pecho, a ratos me mordía el cuello, mientras su herramienta horadaba profundamente mi cuerpo, era una perforadora agrandando un culo, como si fuera a extraer un mineral desde las profundidades de la tierra, él se quejaba, gemía, yo le decía casi imperceptiblemente “papito que rico, sigue, sigue, por favor rómpeme, todo adentro, mételo todo”, perdí la noción del tiempo, tal vez habían transcurrido cinco minutos, como pudieron ser 40 y la locura me traía por las nubes, nos levantamos, me apoyo en la pared, elevo un poco el culo, separo las nalgas con mis manos y le suplico que siga, el muy bruto me lo pone de una sola vez, claro el hoyo estaba abierto, mojado, excitado y esperando verga, pero un pico grande, grueso y duro no deja de ser menor, me quejo, a él le importa nada, sigue con su labor, se mueve con rapidez, se nota caliente, mi culo arde, pido más, más, más, más, más, uffffffffffffffffffff, sigue, sigue, dame más, por fa, quiero más, ooooh, más, más, que rico, que rico, dame, mételo todo, oh, oh, aaaaaaaaaaaaaagggg, sigue, sigue, unos minutos después lo saca, me arrodillo y su chuto vuelve a mi boca, lo ...