-
La chica especial
Fecha: 07/11/2025, Categorías: Fetichismo Hetero Autor: BeyondExperience, Fuente: SexoSinTabues30
Ésto ocurrió cuándo yo tenía 19, por ese tiempo me las daba de «todas mías» y sin exagerar ya había desvirgado ó cojido con prácticamente todas las chicas en de la colonia en mi rango de edad y algunas mayores (tengo una historia picante con una amiga de mi madre, comenten si les interesa). Fue en una calidad tarde de verano, estaba caliente a mediados del periodo vacacional a final de ciclo escolar por lo que muchas de mis amigas habían salido de la ciudad y de las pocas que estaban ninguna estaba dispuesta emocional ó físicamente. Salí a caminar para tratar de despejarme, con suerte encontraría a alguna conocida fuera que no tuviera el celular a la mano y por eso no haya respondido ó como mínimo amigos para hacer alguna idiotez de las que hacíamos para pasar el rato. El sol estaba impetuoso esa tarde, ni un alma afuera en el parque de la colonia, decidí llegar s la tienda a comprar algo para refrescarme cuando ahí la ví frente al refrigerador cerca de la entrada. Alta, casi me llegaba a los ojos, cabello negro a medio cuello ligeramente alborotado no por despeinada, así era su estilo. Una camiseta rosa de mangas blancas cubrían los senos más grandes entre las chicas jóvenes de la colonia. Un tutú rosa del que salían unas piernas gruesas adornadas por unas medias a medio muslo de franjas rosas y blancas. Definitivamente llamaba la atención con esa vestimenta para la temperatura que estábamos… Aunque yo estaba completamente de negro, así que para mí ver no estaba tan ...
... loca. Jamás le había hablado, un par de veces me llegó a saludar y respondí de forma indiferente, la razón? Tenía algún tipo de discapacidad intelectual, tenía el cuerpo demasiado desarrollado para lo que después me enteré era una chica de 14 pero que hablaba y se comportaba como alguien de 9-10. Me acerqué al congelador buscando algo para mí y le ofrecí alcanzarle algo por mera caballerosidad a lo que me respondió: – es que no me alcanza para lo que quiero… – con un tono triste. – dime qué quieres yo lo acompletó no te preocupes – respondí de forma amable. Aunque nunca haya hablado con ella más que un saludo no era la gran cosa. Accedió felíz y me pidió un helado de chocolate. Fuimos a pagar y salimos. Pensando que cada quien seguiría su camino me dirigí a las gradas que se encontraban al frente de la tienda de conveniencia, mismas gradas de encontraban frente a un campo cerrado de fútbol y estaban cubiertas por unas lonas. Si bien no estaba fresco al menos era mejor que estar bajo el sol directo. Subí hasta el tercer piso de cuatro para usar el último como respaldo y del otro lado apareció ella a sentarse. Se me quedaba viendo y la saludé con la mano amablemente, supongo que lo tomó como invitación pues se acercó a mí y me agradeció de nuevo por el postre. Le respondí que no se preocupara. A lo que se acercó mucho a mí y empezó a contarme y preguntarme muchas cosas. Mi nombre, mi edad, si conocía a tal persona, que me había visto por el parque (por las noches era ...