-
La entrevista
Fecha: 07/11/2025, Categorías: Hetero Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos
... embargo, la persistencia junto a la dureza del cabezón, venció la oposición del esfínter…. Y entré de forma lenta centímetro a centímetro, escuchándola emitir un tímido hilillo de sorpresa. Un breve instante quieto disfrutando lo apretado que sus paredes me tenían, y pronto inicié el movimiento penetrándola con ritmo pausado. Cogido a sus caderas, fui resbalando empezando a empujar con mayor comodidad. Tirando de ella la hacía caer hacia delante, apoyada en la pared y soportando los primeros golpes que le propinaba. Fijé la mirada en la hermosura de su cuerpo, tan exquisito y entregado a mí como estaba. Toda mi polla dentro, la sodomicé con golpes secos parando dentro de ella para volver a salir y empujar nuevamente de forma brusca. Esto la hacía palidecer de gusto, gimoteando herida en lo más hondo de su ser. Yo lo gozaba como el mejor de los tesoros, aquel culo de carnes prietas me tenía hechizado por completo. Las nalgas se pegaban a mí cada vez que nos fundíamos, los huevos sacudiéndola con buena cadencia, adelante y atrás y adentro y afuera. La pobre Greta vibraba de placer, la boca abierta en busca de aire y el ceño fruncido por el dolor que sentía. – ¡Vamos muchacho, fóllame! ¡Dame bien por el culo! – Muévete nena, mueve ese culillo que tienes. ¡Me encanta! – Qué malo eres. ¿Te gusta follarme el culo, eh cabronazo? – Me encanta. Lo tienes estrecho, me haces sentir apretado. – Trátalo con cuidado y cariño. Verás que poco a poco se irá ...
... dilatando. – Lo sé. Vamos, echa el culo atrás. – Sí, sí, continúa así mi amor. Poniendo remedio a mi deseo, aticé su redonda nalga con un fuerte manotazo que la hizo gritar fascinada. Dos más y quedaron ambas rosáceas bajo mis dedos, que fueron ahora a sus muslos atrayéndola hacia mí. Se incorporó echada atrás, el cuello ofrecido que chupé con suavidad y delicadeza. Suspiró largamente, los dos parados mientras mis manos se apoderaban de los tersos senos. Aspiré el aroma de su fragancia, viéndola contraerse entre mis brazos. La oreja junto a mí respiré sobre ella, provocándole un cálido estremecimiento. Estremecimiento que se acentuó al apoderarme de ella, comiéndosela con fruición, pasándole la lengua por encima hasta llenarla de saliva. Tumbándola y poniéndola de lado le hice levantar la pierna, enterrándome de forma brusca en su interior. Protestó notándome tras ella, empezando los dos a movernos con calma infinita. De ese modo la fui sodomizando, con la facilidad que su agujero dilatado permitía. Escapando a mi control, nos separamos respirando uno y otro alterados. La excitación podía con nosotros, así que la busqué encontrándola entre mis brazos. La sostuve a mi lado, el grueso aparato intentando penetrarla una vez más. Girando la cara me besó hundiendo la lengua en mi boca, un beso con el que perder el aliento entre continuas caricias. – ¡Me voy a correr… me voy a correr otra vez! – ¿Vas a correrte? – Sí, sí, córrete conmigo cariño. Dámelo todo. – Me encantas ...