-
La entrevista
Fecha: 07/11/2025, Categorías: Hetero Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos
... desnudo bajo mis manos, duro, redondo y apetecible al tacto. Apoyada en mis hombros, la hermosa mujer se dejaba hacer lanzando el cálido aliento sobre mi rostro… para ser una cuarentona, tenía un culo perfecto. La rodeé por la cintura, atrayéndola para caer sobre la redondez de una de sus tetas. Gimió al notar mis manos manosearla, apretándole el culo mientras la llenaba de besos por encima de la blusa. La respiración entrecortada, se la veía muy caliente y receptiva a mis caricias. Nos besamos con delicadeza y al separarnos me pidió que le quitara el pantalón. – ¿Me lo quitas? – Claro cariño, será un placer. Una vez fuera los botines y el pantalón a lo que ayudó con suaves movimientos de pies, me hizo acompañarla al enorme sofá de tres plazas que presidía la pared del fondo. De un blanco luminoso resultaba perfecto para lo que queríamos. Quedando tumbada boca arriba y despojándola del diminuto tanga de un suave color granate que le cubría el coñito… ropa íntima y uñas a juego, me gustaba. Descubrí finalmente el tesoro que tanto apetecía hacer sufrir. De escaso y bien cuidado vello cortito, el triangulillo que le formaba resultaba deseable a la vista, indicando por donde debía ir. Me humedecí los labios imaginando el festín que me esperaba. Greta, con la mirada desencajada y abandonada a su suerte, dobló las piernas mostrándose de ese modo por entero. Con los dedos se abrió los labios apareciendo ante mí la flor rosada que era su coñito carnoso y cerrado a su ...
... vez. Gimió desfallecida, indicándome con voz ronca que la acompañara. – Estoy muy cachonda… cómemelo todo, mi vida… ¡No dejes nada sin lamer… sin rechupar! – ¿Eso quieres? – Oh cariño, hazlo. No me hagas sufrir más. – Menuda guarrilla estás hecha…. – ¡Sí soy tu guarra! ¡Vamos cómemelo! – ¿Y me dices que has parido… con este coño tan apretado? – Sí, a tres cabezones… tengo tres hijos, pero no me hagas pensar en ellos ni en mi marido. – NO, solo quiero comerte el coño. – Eso es mi amor, cómetelo, cómetelo bien comido sin dejar un rincón. Sin apartar la mirada de la mía, la vi masturbarse con las piernas completamente abiertas. Me encantó verla así. Moviendo los dedos muy despacio por encima del capuchón del clítoris, se abrió después los labios para meter uno de los dedos y luego otro más entre las paredes de la vagina. Los metía y sacaba, alternando caricias en el sensible botón con una follada lenta y agradable buscándose los rincones más apartados de su coño. Mientras lo hacía, la veía sacar la lengua provocándome con ello al pasarla por los labios de manera grosera. Sin poder poner freno a mi excitación, tuve que tocarme la polla palpitante, lleno de impaciencia. En posición de descanso gracias a la tregua que me daba, Greta se incorporó un instante hasta alcanzarme y coger mi verga entre sus dedos. Empezando el amable movimiento de la paja, pronto respondí pasando de la suave flacidez a una presencia desafiante y firme que la hizo admirar. ...