1. El herrero trompetista y su hermana


    Fecha: 10/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... fuego-. Hazme sentir mujer.
    
    Le di la vuelta, le levanté el vestido. Teresa, abrió las piernas, se agarró al yunque y echó el culo hacia atrás. Se la iba a clavar y vi a mi hermana que me traía café. Al verme con el trabuco en la mano mirando para ella, dio media vuelta y se fue. Empalmado y teniendo delante lo que siempre había deseado no iba a parar. Froté mi polla contra su coño buscando la entrada. Se la metí. La cabeza entró tan apretada que Teresa apretó los dientes hasta hacerlos rechinar. No paré hasta clavársela a tope. Luego la follé a romper. Quería que sintiera dolor por lo que me había hecho, pero su coño se adaptó a mi verga, y al rato era ella la que me follaba a mí con su culo echándolo hacia atrás: “¡¡¡Zas, zas, zas!!!” Sus gemidos se oían a cien metros a la redonda, suerte que nuestra casa estaba alejada de la aldea. Por tres veces vi la cabeza de mi hermana asomar por la puerta de la fragua que llevaba a la casa mientras Teresa me follaba cómo si me quisiera romper la polla… Y ocurrió lo inevitable, que se corrió y al correrse ella me corrí yo dentro de su coño. Luego, sin decir palabra, salió corriendo de la fragua cómo hacen los chiquillos después de hacer una travesura.
    
    -¿La dejaste preñada, Moncho?
    
    -No. Al día siguiente, por la mañana, desayunando con mi hermana Julia en la cocina, me dijo:
    
    -Si se entera José que follaste con su mujer manda que te maten.
    
    -No se va a enterar. Solo lo sabemos Teresa, tú y yo.
    
    -Sí, pero Teresa va a ...
    ... seguir volviendo cuando el viejo no esté y ya sabes que de tanto ir el cántaro a la fuente se acaba por romper.
    
    -No creo que vuelva.
    
    -Volverá, sigue enamorada de ti. ¡Puta!
    
    Mi hermana parecía enfadada, le dije:
    
    -Nunca te cayó bien.
    
    -Sabía que no era buena. Además me había robado lo que más quería.
    
    Extrañado, le pregunté:
    
    -¡¿Qué te robó?!
    
    -A ti.
    
    -Mi cariño no se lo podría llevar nadie. Desde que se fueron papá y mamá solo nos tenemos el uno al otro.
    
    Me cogió una mano, me miró a los ojos y me dijo:
    
    -Ámame a mí cómo amaste a Teresa en la fragua.
    
    -Eso no es amar, es follar.
    
    -Pues fóllame, demuéstrame que me quieres.
    
    -No digas tonterías.
    
    Me soltó la mano y puso morritos.
    
    -No me amas cómo la amaste a ella porque soy poquita cosa para ti.
    
    Mi hermana Julia tenía 18 años y era una preciosidad, pero tan delgada que no tenía nada de nada, ni tetas, ni culo, ni caderas, bueno, tener tenía, pero tenía las tetas pequeñas, el culo pequeño y las caderas normalitas. Le respondí:
    
    -Eres la chica más bonita de la aldea, Julia, pero eres mi hermana y los hermanos no se aman de esa manera. Además, estás prometida y el mes que vienes te casas.
    
    Salió corriendo hacia su habitación del mismo modo que lo hiciera Teresa. A las once de la mañana me llevó el bocadillo de jamón a la fragua, al mediodía la comida, pollo frito con patatas cocidas y por la tarde el bocadillo de chorizo, las tres veces dejó la comida encima de la mesa y se fue sin decir ...