1. El herrero trompetista y su hermana


    Fecha: 10/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... palabra. Estaba de morros. No era la primera vez. Ya se le pasaría.
    
    Cogió un langostino y mientras lo pelaba siguió hablando.
    
    Por la noche, a pesar de no haberme traído la cena ni el café, tardé en ir para casa. Ya iba camino de la una cuando me metí en cama. Ni cinco minutos llevaba en cama con la luz pagada cuando Julia se metió en ella en medio de la oscuridad. Era verano y estaba destapado y solo con el calzoncillo puesto. Sentí su sedosa piel pegada a mi cuerpo. Sus labios su juntaron con los míos. Eran tan suaves y tan dulces que no pude evitar que se me pusiera la verga dura. Con voz melosa, me dijo:
    
    -Si tú no puedes amarme, deja que te ame yo a ti.
    
    Su mano buscó mi verga. Al encontrarla dura, dijo:
    
    -¡Te gusto cómo mujer!
    
    Vi que no había marcha atrás. Así que la besé en la boca, bajé a sus tetas, le lamí los pezones y después se las mamé metiéndolas enteras en la boca. Luego metí mi cabeza entre sus piernas y lamí su pequeño coño. Sentí cómo se estremecía. Le dio a la pera de la luz para ver cómo se lo comía. Con la luz encendida vi su coño, era peludo y tenía los pelos separados. Era un coño fresco, pero ya Jacinto, su novio, había gozado de él, puesto que mi lengua se internaba en su vagina sin dificultad. Su clítoris era chiquito, pero matón, levantó la cabeza desafiando a mi lengua, lo lamí, luego lamí los labios de su coño, le levanté el culo con las dos manos, lamí su ojete, se lo follé con la punta de la lengua, y mi hermana me dijo:
    
    -Si ...
    ... sigues me corro, Moncho.
    
    Seguí, y Julia, estremeciéndose y jadeando, levantó la pelvis y de su coño comenzó a salir un pequeño rio de jugos mientras su ano se abría y se cerraba. Lamí su coño y me tragué aquella delicia de jugos.
    
    Paró de hablar, se tomó un vino, y continuó.
    
    Al acabar y echarme de nuevo a su lado, me besó, luego quitó los calzoncillos y lamió y sacudió mi polla. Después subió encima de mí, cogió la verga y la frotó en su coño mojado, a continuación metió la puntita de la polla, la metía la sacaba, la volvía a frotar, e intentaba meterla en el culo, la volvía a frotar en el coño, me besaba, la metía un poquito más, la volvía a frotar y otra vez intentaba meter la punta en el culo… Así estuvo un tiempo hasta que metió media cabeza en el culo, después de volver a frotar el coño con la cabeza de la polla y empujar con el culo entró toda la cabeza. Ya la siguió metiendo hasta que tocó fondo. Con toda dentro, se echó sobre mí, me besó, y me dijo:
    
    -Te quiero.
    
    -Y yo a ti, flaca.
    
    Se volvió a incorporar y comenzó a follarme mientras yo le acariciaba sus pequeñas tetas. En nada, se detuvo, abrió la boca, se le cerraron los ojos y temblando y gimiendo, se corrió cómo una bendita. Quité la polla, hice que pusiera su coño en mi boca y volví a tragar sus jugos. Tres veces más se correría (las tres le lamí el coño después de correrse) antes de sacarla y derramar fuera.
    
    Moncho, cogió un trozo de queso y pan.
    
    Le pregunte:
    
    -¿Se enteró el calandraca de que ...