1. Como si fuésemos Rose y Jack


    Fecha: 12/11/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Lynette, Fuente: CuentoRelatos

    Quién hubiera dicho que la cita se me haría tan amena. Un par de semanas atrás, había intercambiado mensajes con un chico muy mono que para mi suerte vivía bastante cerca de mí. Charlamos y charlamos, hasta que logramos concretar un día para poder conocernos en persona. En el primer encuentro no paso absolutamente nada, ni un beso a la hora de despedirnos (aunque yo creo que él quería eso y algo más, solo que no se atrevió…).
    
    A la semana siguiente, me propuso volver a vernos. Me comentó que había un local en su zona en el que podríamos cenar, y como soy una glotona estaba claro que no podía rechazar esa invitación. Además habíamos congeniado muy bien y tenía muchas ganas de verlo.
    
    Por circunstancias de la vida, llegué más tarde de lo previsto, así que decidimos que la mejor opción sería pedir para llevar y dar un paseo por el puerto. Al acabar de comer, nos quedamos mirando el uno al otro en un silencio incómodo. Yo ya me estaba temiendo que nos iba a pasar lo mismo que en la cita anterior, pero no…
    
    Esta vez, tomó valor y lentamente se acercó a mi para rodearme con sus brazos y besarme. Comenzó de forma tímida, pero poco a poco fue haciéndomelo más apasionadamente. Mientras me agarraba con fuerza, acompañaba los movimientos de su boca con los giros de su lengua, al mismo tiempo que yo le respondía con la mía. Notaba como quería aferrar su cuerpo al mío… Mi mano, que hasta ahora había estado acariciando su cara y su cuello, decidió descender hasta su entrepierna. ...
    ... Manoseándolo con cuidado por encima del pantalón, pude apreciar su tremenda erección y comprobar lo excitado que estaba ya…
    
    Nos separamos un momento, al fin y al cabo estábamos en medio de la calle y rodeados de edificios. No había nadie caminando ya a esas horas, y era lógico, con el frío que hacía en invierno y de noche. Aunque a nosotros las bajas temperaturas no nos habían afectado mucho…
    
    Nos miramos sin saber muy bien que hacer, hasta que él me dijo que había traído protección por si acaso. Yo no tenía ningún problema en que esto fuera a más, así que la única alternativa viable en aquel momento era mi coche. Pensando, se me ocurrió ir a una playa que conocía por allí y que estaba alejada de casas y edificios. En la estación en la que estábamos y a esas horas (que sería sobre la una de la madrugada) no habría nadie.
    
    Me adentré con el coche por un caminito de tierra que había para pasear y ahí lo dejé. Rápidamente, nos trasladamos a la parte trasera del auto y tumbamos los asientos delanteros. El coche no era muy amplio que digamos, pero no pareció importarnos a ninguno de los dos. Entre risas, fuimos retomando nuestra maratón de besos. Poco a poco comenzamos a quitarnos mutuamente las prendas que llevábamos, hasta quedarnos completamente en ropa interior.
    
    Él aprovechó y agarrándose a mis muslos, logró ponerme encima suya. Acariciando mi espalda, deslizó sus manos suavemente hasta desabrochar mi sujetador y comenzó a devorar concienzudamente mis pechos para ...
«12»