1. Como si fuésemos Rose y Jack


    Fecha: 12/11/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Lynette, Fuente: CuentoRelatos

    ... estimularme a través de mis zonas erógenas. Mientras seguía sosteniendo mis nalgas, desplazaba nuestras pelvis de arriba a abajo para conseguir rozar sus genitales contra los míos y darnos más placer. Cada vez que notaba pasar su duro pene contra mi vulva, podía apreciar como la humedad en mi interior mojaba más y más mis bragas, que en aquel momento era la única tela que cubría mi cuerpo.
    
    A continuación, me tumbó con cuidado en el asiento de al lado y colocó mi espalda contra la puerta del coche. Deslizó suavemente mis bragas, hasta dejar completamente al descubierto mi sexo y comenzó a lamérmelo como sino hubiese un mañana (estaba gratamente sorprendida de que tomara la iniciativa de bajarse al pilón, ya que por lo general los chicos prefieren que se baje una a hacer el trabajo duro).
    
    Su lengua juguetona, provocaba en mi agradables cosquilleos cada vez que alternaba los amplios movimientos en círculo con los rápidos toques en mi clítoris. Poco a poco fue incorporando sus dedos, sacando mis fluidos para seguir estimulando toda mi zona genital. No podía aguantar más, quería sentirlo dentro de mi y se lo hice saber. Al momento, abrió mis piernas logrando apoyar una encima del asiento delantero y la otra contra el respaldo (la verdad es que no sabía que podía ser tan flexible…).
    
    Mis muslos se ...
    ... apoyaban en sus piernas, mientras mi pelvis se inclinaba para poder recibirlo. La postura era muy visual y aunque fuese de noche, podía lograr ver cómo su miembro entraba y salía de mi. (No voy a mentir, la verdad es que verme ser penetrada me excitaba bastante). Miré hacía arriba para ver su cara y lo vi disfrutando de la visión que yo había tenido el placer de contemplar hace un rato. Notaba como eso le ponía, al igual que a mí…
    
    Al darse cuenta de que lo estaba observando, comenzó a darme más fuerte con una pícara mueca en su rostro. Sus interminables envestidas zarandeaban duramente mi cuerpo y los profundos jadeos lograban empañar todos los cristales del auto. Las gotas de sudor caían sobre mí, mientras yo escuchaba como gemía al correrse. No nos habíamos cortado en hacer ruido, total allí quien podría escucharnos.
    
    Al recuperar el aliento tras el acto, dejó de apoyar su mano en la ventana de la puerta trasera del coche. Esta, dejó una huella que inmediatamente le hizo recordar aquella preciosa y erótica escena en la película del Titanic, donde Rose y Jack hacen el amor por primera vez dentro de un vehículo. Eso logró sacarnos una tierna sonrisa, a pesar de lo agotados que estábamos. Solo espero que tengamos una apasionada y romántica historia de amor como la suya, pero sin finales trágicos… 
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