Despeinada por un chaval de ciencias. (Completo) - Relatos Eróticos

Despeinada por un chaval de ciencias. (Completo)

... bastante loca de pelo si me hicieran eso —respondió con un coqueteo tímido.

—Pues alguna vez, de pequeño, en ciencias hice lo de frotar globos y levantar papelitos —dijo él, sonrojado y divertido.

Ella se echó a reír, imaginando esa escena tierna y cómica. —Jaja, es cierto. A todos nos lo hicieron hacer alguna vez, y se ve todo loco... la ropa se te pega a la piel, como un imán.

—El otro día vi en Instagram que frotaban una manta en la cabeza de alguien y encendían un fogón con la electricidad estática —añadió él, sin poder evitar reírse.

Ella no pudo evitar mirar su cabello rubio y rizado, y él notó la mirada y la correspondió.

Sus ojos se encontraron, ella deseando sentir esas largas mechas negras revueltas por la electricidad, él imaginando cómo sería ese momento y sonriendo con timidez.

El autobús llegó, subieron, y ella no paraba de mirarle mientras él pasaba sus dedos por su cabello dorado.

Cuando llegaron a su casa, él sacó sus deberes de la mochila y se sentó a hacerlos. Ella tomó sus libros pero no podía concentrarse; su mente estaba llena de impulsos, deseos que crecían con cada minuto.

Él, concentrado, alzó la vista y le preguntó con una sonrisa: —Estoy casi acabando, ¿quieres hacer los experimentos cuando termine?

Ella asintió, con una mezcla de calma y excitación en la voz: —Claro, en un momento termino.

Le costaba mantener la atención en los deberes, pues cada vez que lo miraba sentía una corriente recorrerle el cuerpo. Él, con la ...

... inocencia de siempre, no dejaba de fijarse en ella, en el modo en que su camiseta ajustada insinuaba sus curvas, y en ese brillo travieso en sus ojos que le hacía querer acercarse más.

—Si quieres, prepara lo del experimento: globos, mantas, o el generador. Debe ser chulo —dijo él con entusiasmo, sonriendo mientras terminaba sus tareas.

Ella se inclinó hacia delante, mostrándole el cuello y el escote, y él sintió la tentación de tocarla, aunque aún se controlaba.

Terminó de guardar sus apuntes y la miró de arriba abajo, con una mezcla de inocencia y deseo en la mirada. Su cuerpo pedía tocarla, pero sabía que debían esperar un poco más.

—Ya estoy, enséñame todo eso y hacemos los experimentos de ciencias —dijo él, con emoción contenida.

Ella sonrió, atreviéndose a acercarse un poco más, mientras se incorporaba y se alejaba ligeramente de la mesa.

Al llegar a la habitación él se miró en el espejo y se acomodó el pelo rizado y rubio, preparándose para lo que venía. —¿Pongo las manos en el generador? —preguntó con una sonrisa tímida, mientras pasaba una mano por su cabello.

—Sí, ponlas —respondió ella con calma, aunque por dentro sentía una mezcla de nervios y excitación que le costaba disimular.

Él apoyó las manos en el generador y, poco a poco, sus rizos comenzaron a erizarse.

—¡Mira! Ya se me está poniendo de punta, jajaja. Voy a quedar todo loco —rió, emocionado y divertido.

Ella lo miraba fascinada, cada cabello erizado le parecía irresistible, y ...