1. Carlos, Anibal y Rafael, mis estudiantes sobresalientes 5


    Fecha: 22/11/2025, Categorías: Gays Autor: Anonimo, Fuente: SexoSinTabues30

    ... gesto sin fuerzas, por lo que insisto. Puedo pasar mi mano por toda su hombría, solo cubierta por la fina tela de su ropa interior. Me dirijo a mi hombre y me digo: hagamos lo que ya hemos hecho.
    
    Tomé su short de la cintura y lo bajé con todo y bóxer, pero solo fue un poco porque al estar sentado no se podía bajar más. Carlos se pone de pie, como autorizándome a que le quite la ropa, cosa que hago de inmediato. Al fin su hombría estaba libre y ganando porte rápido; recordaba sin duda el placer que le había proporcionado mi boca. Empecé a oler a mi macho y allí mismo empecé mi trabajo con mi lengua. Podía ver los espasmos que le provocaba mi boca. De inmediato su verga estaba en todo su esplendor. No resistí más y lo metí a boca, arrancando su primer gemido. Empecé a dar placer a mi macho como la primera vez.
    
    No me medí en nada, quería que Carlos sintiera más placer del que recordara. Nuevamente, este machito era mío; estaba disfrutando de todo su ser. Empezó a tomarme de la cabeza para que me metiera todo a la boca, me arrancaba arcadas. Su mirada se perdía viendo su verga entrar a mi boca una y otra vez. Así estuvo disfrutando de mi boca hasta que se separó, diciendo: Qué boquita tiene, profe, está más rico que la otra vez». Qué delicia ver a mi segundo machito desnudo con la verga a tope en la sala de mi casa; solo tenía puestas las medias que le llegaban a las rodillas.
    
    Se acomoda en uno de los muebles pequeños y me dice: «Venga, profe, présteme esa boquita». Lo ...
    ... hice de inmediato, me arrodillé frente a mi macho, tomé su herramienta y me prendí como ternero. Puta que rico, profe, es todo un mamador. Aprovecho para pasar mi mano por todo su cuerpo, recorrer cada centímetro de piel de este machito joven que me entregaba su virilidad. Mientras permanecía con los ojos cerrados, aproveché para quitarme el short, quedando solo con un suspensorio, que la verdad me quedaba un poco pequeño, en vista de que era de Rafael. Contexto: revisé su maleta y allí estaba; me dio mucho morbo y me lo dejé.
    
    Tomé saliva en mis dedos y me empecé a dilatar mi hoyo. Carlos se da cuenta de aquello y me mira con duda. Le comento, tranquilo, solo juego con mi conchita, yo solo hago lo que tú me digas. Al rato, cuando ya dos dedos juegan dentro de mi cola, empiezo a gemir con la verga de mi macho en la boca, cosa que le excitaba más.
    
    Movía mis caderas en círculos; Carlos tenía la vista petrificada, no entendía por, hasta que me percaté de que justo mi cola estaba dando al espejo que colgaba de la pared, por lo que tenía una vista privilegiada de mi hoyito siendo penetrado por mis dedos. Capaz que si lo planeaba no salía. Te gusta lo que ves, cabrón, no me quieres coger, pero sí te gusta verme la cola. Perra, ya te metiste dos, cuántos te entran? Para que me entres tú son 3; la tienes gruesa. Ya dije que no, siga dedeándose nomás que yo con su boca tengo. Pasó sus manos por su cara y las dejó atrás de la cabeza. Qué rico, profe, ya me tiene al tope; le voy a ...
«1...3456»