1. Escolta de papá (VI): Papá estaba exprimido


    Fecha: 26/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Lena Hache, Fuente: TodoRelatos

    ... aparcas y...?
    
    - Otra vez en el aparcamiento no, que te van a acabar echando de la uni y a tu madre no le va a hacer ninguna gracia.
    
    - Yo me refería a hacerte una paja en la biblioteca. Como la historia que te conté ayer, pero los dos en vez de yo sola. No me digas que no te pone la idea. La putita de tu hija haciéndote una paja delante de una multitud de empollones. - Le dije con cara juguetona.
    
    - Mmm... Vale. Pero si te echan de la uni se lo explicas tú a tu madre.
    
    - Aparca y déjate de cortar el rollo.
    
    Me salté la primera clase. Nos fuimos directos a la biblioteca. En teoría había que pedir un permiso especial para que papá pudiese acceder a la biblioteca, pero nos dejaron pasar sin él porque yo les caía bien. Por supuesto, lo presenté como mi novio y no como mi padre. Guié a papá hasta el lugar en el que me había masturbado la última vez. Por el camino cogimos un par de libros al azar. Yo me senté en la misma silla que entonces y él se sentó a mi izquierda.
    
    Papá quiso que yo me pusiese manos a la obra en ese mismo momento. Yo quería esperar por la ilusión de que la empollona volviese a aparecer. Papá cogió mi mano y la llevó hasta su paquete. Yo la retiré en cuanto él la soltó.
    
    - Tendré que encargarme yo del primer asalto. - Me susurró al oído mientras su mano se perdía dentro de la falda de mi vestido.
    
    Me tocó la rodilla y fue subiendo por el muslo sin dejar de manosearme en ningún momento. Sus dedos llegaron hasta el elástico de mis bragas y ...
    ... tiraron de él con la intención de quitármelas y la fuerza suficiente para darlo de sí. Me mosqueé un poco porque eran unas bragas de encaje que apenas había usado un par de veces. Papá le quitó importancia y siguió intentando sacármelas. Apoyé mis manos sobre los bordes de mi silla y mi peso recayó en ellas y alcé ligeramente el culo para que a mi padre le resultara más fácil quitarme las bragas. Las bajó por mis piernas y las sacó del todo. Me las mostró, discretamente, como si fueran un trofeo. Yo se las arranqué y las guardé en mi mochila.
    
    Papá volvió a meter su mano en mi vestido y masturbó hasta que tuve un orgasmo. No gemí, pero no hizo falta que yo dijese nada. El supo que me corría cuando cerré mi mano con fuerza, atrapando dentro de mi puño un trozo de su jersey. Él sacó su mano de mi coño y pretendió que yo le hiciese una paja, pero yo quería seguir esperando. Él se sacó la polla para tentarme. Yo intentaba ignorarlo y el sacudía su pene para llamar la atención. Yo seguía ignorándolo.
    
    Al cabo de un rato me cansé de esperar y le hice un pajote bajo la mesa. Mi mano se movía a toda velocidad para acabar cuanto antes. Tardó un ratito porque papá aún seguía algo desgastado. La poca leche que soltó cayó sobre el suelo y yo saqué un pañuelo de mi bolso para recogerla y no dejar pruebas.
    
    Salimos de la biblioteca y papá pretendía irse al trabajo porque ya llegaba tarde. Yo me iba a ir a clase, pero nos cruzamos con la empollona, con mi empollona. La saludé con ímpetu y ...