1. El bar de la perversión V.


    Fecha: 27/11/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Sexo en Grupo Autor: GordMadrid, Fuente: SexoSinTabues30

    ... pequeños que él, de diez y once años. De la forma en la que les comió la cabeza para seguirle me enteré luego. Usaba a su hermanita como moneda de cambio para conseguir favores. Cuando Fabián, uno de los chiquillos de diez años, fue a gastar una broma a Ángel bajándole los pantalones en público, este se vengó encerrándose en el baño con él para que le viera la polla dura. -¿Esto era lo que querías ver eh? A ver si vas a ser una niña más. Disfrutaba humillando al niño. Fabián en vez de asustarse se asombró de la polla del púber. Para nuestros ojos era una polla de niño pero para ese niño era toda una polla formada. Ángel se sintió alagado y empezó a fardar delante del niño de lo que hacía con su polla. Empezó a decirle que si hacía lo que decía y se hacían colegas, él mismo podría disfrutar de esos placeres. Fabián, gracias a dios, resultó ser más listo y discreto que Ángel, y se aprovechó de la situación siendo leal y manteniendo el secreto. Pero Ángel era cada vez más bravucón y enseguida amplió el círculo de amantes prepúberes de Sandra. Eso sí sólo les permitía penetrarla por la vagina, proclamándose el señor de su culito. Un día me llama Fermín al móvil. Lo cojo con gran interés ya que no era normal que nos llamáramos y menos que fuera él quien se dirigiera a alguno de nosotros por teléfono. -Escucha José, el sobrinito del Richi va a comenzar el asalto a su compañera… Me lo ha contado todo, no sé si estás al tanto. -(fue en ese momento cuando me enteré de todo).- Le he ...
    ... dicho que vengan al callejón de atrás del bar. Raro es que alguien viera nada y pueden huir rápido. Lo tienen planeado para mañana. Colgué muy preocupado. Ángel no sólo podría quitarnos a Sandra, sino ahora sentía que mi amistad con Fermín corría peligro. No noté a Fermín preocupado, al contrario. Muchas de las aventuras que me contó de Ángel las contaba animado, entre risas y probablemente agarrones de polla. Debía relajarme. Decidí no decirle nada a Ricardo para no preocuparle e ir al día siguiente al bar de Fermín. Más allá de las pequeñas ventanillas del baño había un estrecho callejón que moría en unos cubos de basura del bar. La gente que se asomara por alguna ventana del callejón debería inclinarse para ver el suelo, de tan estrecho que era. Nunca nadie pasaba por ahí, salvo Fermín para tirar los desechos del bar y llevar por la noche los cubos a la calle. Al lado de los cubos había una puerta que daba al cuarto de basuras del bar, donde Fermín guardaba las bolsas de basura y los desechos del día, botellas vacías y demás. Cuando me lo enseñó Fermín no me imaginaba como un grupo de chavales podía engañar a cualquier chica para acabar ahí, así que me relajé sabiendo que al final todo el plan se estropearía. Desde el cuarto de basura Fermín y yo podíamos ver el callejón sin ser vistos, a través de los rotos de la ventana tintada, que no dejaban ver desde fuera el oscuro interior. Le pedí a Fermín una jarra de cerveza mientras esperábamos. Con la segunda jarra en el cuerpo ...
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