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Por un seguro, fui a buscar una cogidita – Parte 4
Fecha: 02/12/2025, Categorías: Sexo en Grupo Transexuales Voyerismo Autor: danielasolatrans, Fuente: SexoSinTabues30
... con liguero, y tacones de aguja. Metí mi dildo de 20 cm y mi plug en un bolso, y me puse el plug en el ano, gimiendo al sentirlo entrar. Mientras esperaba el taxi, me llegó un mensaje del taxista: “Estoy afuera, perrita”. Leer eso me calentó al instante, mi pene endureciéndose bajo el hilo. Salí, y ahí estaba: normal, pero súper atractivo esa vez, con una camiseta ajustada y jeans que marcaban su bulto. Me subí al taxi, y él, con una sonrisa morbosa, dijo: “¿Otra culiadita, zorrita?”. Que me tratara así me prendió demasiado. “Sí, papi, con el mismo macho de ayer”, respondí, coqueta. Él se rió: “Me encantaría verte siendo usada”. Mi mente morbosa tomó el control: “Yo feliz, papi. Si quieres, quédate y mira. Déjame entrar, y cuando veas que nadie más llega, acércate a la ventana. Es seguro, nadie te verá”. Llegamos al lote baldío, y el taxista hizo como que se iba. Entré a la casucha, y esta vez todo estaba silencioso, sin ruidos extraños. Me senté en la cama vieja, pensando que Diego me estaba jugando una broma. Mirando mejor, noté otro cuarto al fondo. Me levanté, curiosa, y ahí estaban: ¡los tres machos para mí! Diego, el cuidador, y el albañil, todos con los ojos brillando de lujuria. Resulta que el cuidador había hablado con Diego, y juntos invitaron al albañil para destruirme el culito. Yo, feliz, no podía creer mi suerte. Diego habló primero: “Hola, zorrita, pensé que no entrarías”. Le dije: “No me fijé en este cuarto la última vez”. Él sonrió: “Quería darte esta ...
... sorpresa, por eso nos quedamos aquí, para salir uno por uno. Pero tú, putita curiosa, nos encontraste. Ahora tienes cuatro vergas para ti”. Mi culito se mojó al instante. Diego ya tenía la verga dura, su vergota de 18 cm, peluda, con esos huevos grandes que me volvían loca. El albañil, con ropa más limpia, mostraba un bulto grueso, y el cuidador, ya erecto, tenía su verga de 23 cm lista. “Empieza por la mía, puta”, dijo Diego, sacándose la vergota. Me puse en cuatro en la cama, mamándosela con ganas, el sabor a sudor y meados prendiéndome al máximo. Movía mi culito, el plug asomando por el hilo, invitando a los otros. El cuidador no se quedó atrás: “Hola, putita, esto te gusta, ¿verdad?”, dijo, y empezó a mamarme el culito, su lengua lamiendo alrededor del plug. Grité de placer, mi pene goteando en el hilo, mientras el albañil miraba, excitado pero tímido, sobándose su verga gruesa. Diego jaló mi hilo, rompiéndolo, y dijo: “Miren qué culo sabroso tiene esta perrita”. Me puso en cuatro, y sin aviso, me metió su verga, dura y sin piedad, haciéndome gritar de dolor y placer. “Quiero cogerte como te cogió el cuidador, afuera”, dijo. Me quedé fría, pero excitada. Salimos los tres al lote, yo desnuda salvo por el hilo roto y las mallas rasgadas, ellos con las vergas afuera. La adrenalina de que alguien pudiera vernos me volvía loca. El albañil se quedó en la entrada, cuidando, mientras Diego y el cuidador me ponían en cuatro en la tierra. Diego me la metió, follándome duro, y el cuidador ...