1. La casona


    Fecha: 03/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: ElDuque, Fuente: CuentoRelatos

    ... en mi experiencia eran su arma favorita de seducción, ella lo sabía, pues su risa coqueta la delato al ver como la prenda impacto a su acompañante, a tal punto que inmediatamente se pudo notar que le ponía listo para ella.
    
    Incluso sus amigas que la observaban no podían menos que reír y cuchichear mientras la veían ahora a ella, ebria y desinhibida, acercar su cuerpo de forma provocadora para bailar pegada a ese hombre que restregaba su cuerpo contra ella, haciéndole sentir sin dudas su miembro de que debía de estar bastante duro por las miradas y palabras con las que parecía reprenderlo coquetamente y que le dedicaba mientras bebía de su vaso que cada tanto él se dedicaba diligentemente a hacer que se rellenara, mientras su rostro acusaba a cada minuto su caída o su liberación de sus límites y timidez.
    
    Su silueta se movía poseída por la sensualidad que de trago en trago se liberaba de la prisión que día a día había creado y que ahora parecía quebrarse en pedazos dejando fluir, como el licor mismo, su verdadero ser, un ente abrasado en un rabioso deseo que como una ola que se revelaba en cada movimiento de su frágil cuerpo, ella ya no era la persona respetable y decorosa que conocía, ahora era una llama consumida por la mirada lujuriosa de quienes a su alrededor respondían a su deseo, que le deseaban tanto como ella misma deseaba lo que preparaba en su ritual danza.
    
    Su cuerpo era una ola que su acompañante intentaba abordar, paso a paso, giro a giro, tocándola, y en ...
    ... cada toque la sutileza necesaria para, solapadamente, acariciar alguna parte del cuerpo que era solo para mi, y así poco a poco a través de cada compas de la música y de cada sorbo de su trago, se acercaba, la apretaba, primero su cuerpo para luego acercar tímidamente su boca a sus hombros desnudos, a su cuello, besándolos.
    
    Ella solo se estiraba al sentir sus labios, entregándose a los besos y caricias de su acompañante, como si tal contacto fuese parte del mismo baile, ella misma lo retaba, acercando su cuerpo, apretándose contra él, entregándole sus senos, su trasero, ofreciéndoselos al contacto del excitado acompañante que ya no cabía más en su deseo y que diligentemente acariciaba con roses o bajando su rostro para deslizar sus labios en sus senos cuando la oportunidad lo permitía, mientras ella intentando disimular indiferencia solo se acercaba a el, dejándose apretujar y tocar entre risas y bebida.
    
    Así fue durante minutos que no quise contar, tenues, lentos, como sus movimientos, vi como ella, cuya timidez era su principal característica, ahora volteaba hacia él poniendo su rostro, colorido por el alcohol frente al rostro de aquel hombre, rozando sus narices, su frente, tal vez sus labios, pero rehuía los besos con una sonrisa y alguna palabra que no alcanzaba a escuchar, como si supiera, y si lo sabía, que a cada minuto el miembro de su acompañante se ponía cada vez más duro, era su juego favorito disfrutaba mucho en la intimidad de llevarme a la desesperación, ...
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