Parte 2 - Relatos Eróticos

Parte 2

... escondía en la jaula como si no quisiera molestar. Sus testículos parecían encogerse también, como si supieran que su papel había terminado. No sentía deseo propio: sentía deseo por complacer. Por obedecer. Por ser tocada, usada, penetrada… vaciada.

Una tarde, mientras se miraba al espejo desnuda, con su plug metálico grande dentro, la jaulita al frente y una blusa ajustada que dejaba ver el inicio de sus pechos redondos, sintió algo más fuerte que cualquier orgasmo: aceptación. Ya no quedaba rastro del chico de antes. Su cuerpo era suave, sus pezones eran sensibles, sus movimientos eran femeninos, y su deseo… era completamente receptivo.

Carol se había entregado por dentro y por fuera. Y aunque sabía que aún faltaba mucho para su transformación completa, ya no podía —ni quería— volver atrás.