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Su novio casi nos pilla
Fecha: 06/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Cielo del Norte, Fuente: CuentoRelatos
Un día uno de mis amigos me presentó a una chica que él y algunos más habían conocido una noche de esas, se llamaba Pris, había llegado a España de su Brasil natal hacia poco, y se había instalado en el barrio con su hermana en un piso de alquiler. Era bajita, pelito corto con un mechón en el flequillo largo y rubio que le hacía muy sexy, blanquita de piel y carita de niña buena. Se había hecho novia de un tipo bastante mayor que ella y al que conocíamos ya del barrio de hacía mucho. Solían ir por allí a menudo. En adelante me la encontraba en el garito muchas veces y solíamos hablar bastante, su novio parecía molestarse por la manera en que miraba, pero ya he dicho que nos conocíamos del barrio de vista y por eso no decía nada, digo yo. Yo notaba que ella era muy simpática conmigo especialmente, me hablaba mucho y hasta se permitía ser un poco “descarada” diciéndome que “como un chico guapo como yo no iba con ninguna chica” y cosas así. Yo no pensaba nada malo en principio y le reía las gracias, pero día tras día iba a mayores con sus indirectas y sus juegos de palabras de lo más provocadores. Empecé a pensar que me tiraba los tejos, pero me daba mucho reparo ya que su novio era conocido y además siempre estábamos juntos todos en el pub, así que intentaba pasar y me hacia el despistado, pero claro, uno no es de piedra, la chica era una monada y además yo había salido hacía poco de una relación larga, estaba muy liberado y me daba un poco todo igual, la prudencia no ...
... era mi mayor valor en aquellos momentos. Así que un día mientras hablaba con ella mi puse a mirar descaradamente su escote y ella que lo notó me preguntó: “¿Qué miras tan interesado?” “Oh vaya, te has dado cuenta, no he podido evitarlo, pero no lo tengas en cuenta ¿eh?” dije yo haciéndome el tonto. Y así siempre, hasta que un día descubrimos hablando que su casa y la mía estaban casi pegadas. Y me dijo “vente una tarde a casa a tomar café, mi hermana no llega de currar hasta las 8, estaremos tranquilos”. Aquello me parecía una pasada, estaba claro lo que iba a pasar en su casa y me daba mucho reparo por el novio, pero ya digo que en aquellos momentos la prudencia no era amiga mía y le seguí el rollo pidiéndole su teléfono y aceptando su invitación. Me estaba metiendo en un lío, pero si a ella no le importaba poner los cuernos a su novio a mi menos, he de añadir que el tipo no me caía demasiado bien y sus colegas menos. Así que una tarde de esas la llamé y quedamos en su casa a las 5. Ya estaba decidido y no había vuelta atrás, a ver qué clase de “café” tenía en su casa. Me presenté a las 5, me abrió la puerta y me hizo pasar. Nos sentamos en el salón, en un cómodo sofá, ella a mi derecha. Puso música relajante y me ofreció un café. “Sí claro, a eso he venido” dije haciéndome el tonto. Trajo el café y lo tomamos mientras charlábamos, me hablaba de sus clases, sus compañeros y poco a poco comenzó a hablar de su país, de los jóvenes de allí, de las gentes, ...