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Mi madre y mi medio hermano llegan a un trato
Fecha: 11/12/2025, Categorías: Dominación / BDSM Sexo con Maduras Voyerismo Autor: lordlunatico, Fuente: SexoSinTabues30
Mi nombre es Cristian, tengo actualmente 25 años. La historia que voy a contar sucedió cuando tenía 18 años. Vivía con mis padres; mi madre, Zaira, tenía entonces 38 años. Es una mujer atractiva, con cabello corto teñido de un café castaño. Tiene un cuerpo natural, no es una supermodelo, pero tiene lo suyo: senos grandes y un trasero bien formado que le gusta lucir con lycras muy ajustadas. Mi padre era mucho mayor que ella; él tenía 55 años. Mi padre estaba casado cuando conoció a mi madre, por lo cual tengo un medio hermano llamado Roberto, quien entonces tenía 30 años. Mi padre dejó a su anterior familia y se juntó con mi madre, por lo cual mi hermano lo conocía muy poco. Lo había visto y tratado con él, pero muy espontáneamente. Desafortunadamente, mi padre perdió la vida en un accidente de tráfico. Fue entonces cuando nos enteramos de que la casa donde vivíamos se la había dejado de herencia como sucesión a mi hermano Roberto. Mi hermano tenía una galería de arte y su idea era hacer una extensión de su galería en la casa. Al final, y luego de negociar con mi madre, accedió a rentar la casa a un precio relativamente más bajo de lo que saldría rentarla. El problema era que, sin mi padre, mi madre era la que se hacía cargo de todos los gastos. La situación económica se volvió difícil, y mi madre tuvo que buscar maneras de mantenernos a flote. La casa, aunque grande, tenía sus gastos de mantenimiento y servicios, y mi madre trabajaba como cajera en un centro ...
... comercial, lo que no era suficiente para cubrir todas nuestras necesidades. Una noche, mientras mi madre estaba en la cocina preparando la cena, la vi más pensativa de lo habitual. Se notaba el peso de la responsabilidad en su rostro. Me acerqué a ella y le pregunté si estaba bien. «Mamá, ¿estás bien?», le pregunté con preocupación. Ella me miró con una sonrisa forzada y me dijo: «Sí, todo está bajo control». Sin embargo, podía ver la preocupación en sus ojos. «Mamá, sé que las cosas están difíciles. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?», insistí. Ella suspiró y me confesó: «La verdad es que estoy muy preocupada, Cristian. El primer mes pudimos pagar la renta, aunque con dificultad y tomando algo del dinero que había dejado tu padre. Pero ahora, con los gastos de mantenimiento y servicios, es muy difícil». «¿Y qué vamos a hacer?», pregunté, sintiendo una mezcla de preocupación y determinación. «Tuve que comenzar a trabajar en dos turnos», dijo ella, con voz cansada. «Pero es muy desgastante. No sé cuánto más podré aguantar así». «Mamá, no puedes seguir así. Necesitamos encontrar una solución», le dije, tratando de ser lo más comprensivo posible. «Lo sé, Cristian. He estado pensando en algunas opciones, pero nada parece ser suficiente», respondió ella. En el segundo mes, mi madre quedó a deberle algo de dinero a mi medio hermano, pero este pareció no importarle la deuda. Para el cuarto mes, mi madre seguía acumulando deuda con mi medio hermano. ...