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Glory days
Fecha: 12/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Eric Salazar, Fuente: TodoRelatos
... carta blanca. - Si entró yo sola y me aparece una polla por el agujero y me gusta. Iré a la otra cabina y si me abre un buenorro. Usaré la carta blanca y querré que me folle. Que lo sepas. - Si llego y te están follando. Ya participaré como pueda o me dejes. Si quieres claro. - Ya veremos a ver. - Bueno cielo entra ya, que yo voy a darme un paseo. En diez minutos estaré buscándote por abajo. Me fui a pasear por las calles cercanas, estaba nervioso pensando en lo que me encontraría al llegar a lugar. Tal vez nada, o tal vez todo. La incertidumbre y la excitación de no saber que iba a pasar y la carta blanca que tenía mi mujer me tenían a cien. Recibí un mensaje a los cinco minutos de entrar. - Ya estoy en la cabina. Es la numero 7. Un hombre ha llamado a la puerta y he abierto pensando que eras tú. Me ha dado un susto tremendo. Pero le he dicho que no y he vuelto a cerrar. - Jajajajaja. Sí que triunfas morena. Ya no recibí ningún mensaje más. Pasados 12 minutos exactamente abrí la puerta de sex shop, bajé las escaleras y me puse a observar que puertas estaban cerradas. La cabina que comparte glory hole con la siete. La que está a la par. Estaba cerrada y eso significaba que mi chica tenía vecino. Iba a llamar a la puerta de la cabina donde estaba mi mujer cuando me di cuenta de que no estaba cerrada. Mi chica la había dejado abierta para cuando yo llegara. Abrí la puerta y no podía creer lo que veía. Ni en mis fantasías más morbosas hubiera ...
... podido imaginar la estampa que tenía ante mí. Mi chica estaba de rodillas delante del agujero del glory hole, por el cual asomaba una polla enorme. Llena de venas y de un diámetro semejante a un vaso de tubo. María, al verme entrar, cesó en su empeño y volviéndose hacia mí, me dijo: - Siéntate, siéntate y disfruta de lo buena zorra que soy. Que yo voy a aprovechar mi carta blanca. - Buffff, como me has puesto. — Le dije yo sentándome en el sillón. Sin prestarme apenas atención, se giró hacia el agujero de la gloria y continuó con la tarea de darle sexo oral a su vecino, así estuvo un rato hasta que, sacándose la polla de la boca, dijo en voz alta: - Pásate a mi cabina que quiero que me folles. La polla desapareció del agujero, y no tardó ni un minuto en aparecer en la puerta un chico de unos treinta años con pintas de militar del este. Mediría más de metro noventa y estaba fuerte, muy fuerte. Nada más entrar se me quedó mirando y mi esposa aclaró: - Es mi marido, tranquilo, que solo quiere mirar. No te cortes. - No hay problema. Hola, me llamo Mark. — Dijo el invitado con un acento del este de Europa, posiblemente rumano. Se bajo la bragueta y sacó la polla. Si por el agujero se veía grande, de cerca era impresionante. María se lanzó a comerle la boca mientras le sujetaba la polla, él bajó su mano buscando el coñito de mi mujer y le empezó a meter dos dedos muy bruscamente, ella se quejó y él le dijo sonriendo. - Si esto te ha dolido, espera que pruebes ...